La apuesta por el desarrollo social y económico de San Juan del Cesar viene haciendo eco en toda la sociedad sanjuanera. El pueblo de San Tropel quien siempre vivió de tropel en tropel como consecuencia de la lengua sanjuanera de otrora quiere pasar esa página para ingresar a la era del desarrollo en el siglo XXI. Los soñadores que dibujan sin pincel y sin paletas en el lienzo del pentagrama de la composición vallenata son fuente inagotable de inspiración y orgullo para poner la primera piedra y nos convidan a hacerle apología. San Juan necesita buenos gobiernos locales, buenos ciudadanos y buenos contribuyentes, para hacer entre todos una obra de Gobierno a la altura de las pretensiones justas de un pueblo grande y señorial. Hay que tener amor patrio y mucho sentido de pertenencia para contribuir con valor público al desarrollo, y a las buenas obras, y no sentarse a criticarlo todo, y a destruirlo todo con la lengua, no más porque sí.
En la vida es fácil ser bueno, lo difícil es ser justo. Hoy en nuestro pueblo, se requieren ciudadanos realmente útiles a los mejores y más caros intereses de nuestra sociedad, ciudadanos que le apuesten a una sociedad sanjuanera superior con principios y valores. El desarrollo de San Juan no está en pleitos intestinales estériles y no se trata de apagar la luz al vecino para encender la mía. Es bueno en estos precisos momentos mirar de dónde venimos, quiénes somos y para dónde vamos los sanjuaneros. Vuelvo a recordar que, nacimos en el mismo suelo, tomamos de la misma agua y vivimos bajo el mismo cielo de nuestros abuelos.
Desde luego entonces, que son más las cosas que nos unen que las que nos separan, porque en estos pueblos pequeños casi todos somos familia, compañeros de estudio o de trabajo, vecinos o compadres. De tal manera, que la consideración y aprecio por lo que nace en nuestra tierra debe ser sublime, y uno la tierra donde nace la debe querer también. Todo lo anterior tiene que ver con la posición de tratar de destruir lo construido por otros paisanos con mucho esfuerzo y sacrificio.
San Juan lo que necesita es derribar esos muros que quieren edificar para frenar el desarrollo y comenzar a construir puentes de unidad que nos unan como hermanos. San Juan requiere de todos sus talentos, pero que no solamente se queden en la crítica, sino que construyan propuestas con ideas de desarrollo y se la aporten a los que gobiernan. Además, la vida hay que vivirla desde una perspectiva mucho más optimista y entendiendo que, nadie tiene la verdad absoluta ni nadie se las sabe todas.
Por eso, exhortamos a la cultura sanjuanera a obrar con integridad y moderación y con verdaderos valores. Aquí no se trata de tirar la piedra y esconder la mano impulsando y promoviendo en la sombra hechos deshonrosos y vandálicos. Ya pasó lo que nunca pensamos que pasaría, hurtaron una tubería de una obra de saneamiento básico rural y la fuerza pública la rescató en la zona urbana. Luego le prendieron fuego a un banco de maquinaria en la población de Zambrano. Ahora una denuncia pública pone al descubierto que manos criminales y vandálicas colocaron sacos de arena para frenar el drenaje de las aguas del alcantarillado sanitario de Guayacanal hasta rebosar los manjoles.
Hasta dónde ha llegado el estado de inconsciencia en nuestro pueblo que los bienes de uso público se quieren destruir para frenar el desarrollo comprometiendo con ello el interés general, el cierre de brechas y el bienestar de un pueblo. Realmente, queremos exhortar y llamar la atención de aquellos que olvidan que en la vida pública las reglas del juego no son discrecionales y que la democracia en nuestro país es participativa. Por eso, todos debemos empujar para el mismo lado, y ese lado es el desarrollo de San Juan. Recordemos que, gobernar es administrar vidas, por eso a los alcaldes hay que rodearlos y ayudarlos a gobernar y no ir detrás destruyendo lo que hace o desacreditando su imagen. Para el desarrollo de San Juan necesitamos quitarnos los guantes, hacer patria, olvidar los odios y rencores y la confrontación innecesaria. A trabajar todos por San Juan debe ser la consigna y a competir por hacer gestión y más obras debe ser la tarea. Los conceptos y las opiniones siempre serán divididas, todos no pensamos iguales, en la diversidad de criterio están los mejores memorandos de entendimiento, el desarrollo espera.