Todos los países del mundo salvo pocas excepciones, tienen sus propias monedas no solo para las transacciones internas de compra y venta de mercancías, también, las monedas sirven de garantías para el pago de las transacciones del comercio internacional. Esto también tiene sus implicaciones en el marco de las imposiciones hegemónica que ejercen unas naciones sobre otras, por eso EE.UU. impuso renunciar del oro como patrón mundial de reserva, aunque, países rebeldizados lo mantienen. Este paso fue propuesto en la conferencia de Bretton Woods en el año de 1944 para acogerse al dólar estadounidense como moneda internacional de cambio.
EE.UU, fue la nación que menos o poco daño sufrió en la segunda guerra mundial, prácticamente fue la nación victoriosa en términos económicos, y, asumió cobrar la deuda generada por la destrucción de los países europeos, aprovechando de esa manera su supremacía sobre Europa, hasta nuestros días.
A través del dólar estadounidense, EE.UU. ejerce dominio en todos los ámbito de la vida sobre las naciones con quienes establece el mayor flujo comercial, más que todo sobre países atrasados como los de América Latina; de allí, a que todos los días amanecemos pendiente de la tasa de cambio o cotización, el valor del dólar frente a nuestras monedas, de esa manera ha venido ejerciendo dominio, y la capacidad para desestabilizar cuando y como lo determine y, en el momento que lo estime necesario sobre sus países ‘socios’, que son las llamadas relaciones de desigualdad, propio de un país: el más desarrollado, un gigante, con un atrasado.
En Bretton Woods concluyeron además que la tasa de cambio fuera libre o fija, según conveniencia, pero a donde es fija EE.UU. la revienta a su antojo, sin la capacidad de resistencia de la nación dominada, así, nuestros recursos naturales le han costado casi poco, o regalado. La moneda gringa es de las formas más violenta de agredir a los pueblos, de subyugarlos, dominarlos, es una forma de colonización, muy defendida por la burguesía ‘nacional’. Con la moneda nos venden mucho más caro lo que nos compran. La moneda participa en la configuración de la geopolítica: países donde se ejerce dominio. En materia financiera el FMI, surgido de Bretton Woods, centraliza en el mundo los lineamientos internacionales de las reservas monetarias y, los bancos centrales independizados, obedecen más al FMI que al Gobierno nacional. El mayor contribuyente del FMI, es precisamente EE.UU. “… las estadísticas de la institución muestran que en el tercer trimestre de este año la participación de la divisa estadounidense en el sistema internacional de reservas cayó al 57,39 %, lo que representa su nivel más bajo desde 1995, cuando este índice se situó en el 58,96%, y año a partir del cual el FMI, con sede en Washington, proporciona estadísticas al respecto”.
El régimen de producción capitalista lleva a su interior las contradicciones que lo conducen a su propia destrucción, entre esas las contradicciones interimperialistas, lo que les avienta a romper cualquier armonía por las disputas de mercados, presionados por el capital financiero, en la consecución de ganancias; en la actualidad las contradicciones más enconadas están: entre el imperialismo norteamericano y la República Popular China, estos últimos liderando a los Brics, que entre otras, persiguen socavar el potencial de reservas en dólares mediante la desdolarización, y bien, lo han venido consiguiendo, desde la aceptación en el 2016 del yuan como reserva internacional por parte del FMI.
América Latina se ha convertido en el escenario más relevante de esta disputa, desplazando el yuan al Euro como la segunda moneda de reserva en el comercio de esta región, si bien es cierto que el dólar de EE.UU mantiene una elevada hegemonía, no menos cierto, es, que nuestros países estarán a merced del escalamiento de la guerra económica y política entre las dos potencias por el dominio del mercado comercial y de inversión extranjera directa. La Cepal esconde el arsenal de las IED, por lo que llama ‘la trampa de baja capacidad para crecer, pero más adelante revela la trampa; la IED continúa concentrándose en sectores y países que ofrecen recursos naturales o mano de obra relativamente barata’. . Concluyendo que el capital financiero no ayuda, es una verdadera trampa.
Que el 2025 no nos sorprenda desprevenidamente, prepararnos para confrontar unidos las amenazas que nos deparan el imperialismo y sus títeres.