El baño de sangre llegó. Así lo anunció Nicolás Maduro antes de las elecciones en la vecina República Bolivariana de Venezuela. 11 personas muertas, 44 civiles heridos, 23 militares llevados a clínicas y hospitales acusando disparos en sus cuerpos. Lo peor es que la leña electoral atiza cada vez más el fogón que pone a arder el sentimiento del sufrido pueblo.
El pueblo se enfrenta al pueblo. Simpatizantes opositores chocan con violencia contra los amigos del presidente Maduro. Cada líder desde sus trincheras hostiga para inducir a la gente a que se meta a una lucha fratricida.
Parece que todo se hubiese planeado tal y como está ocurriendo en las calles de las ciudades y pequeños pueblos venezolanos. Cualquiera que fuera el resultado, los adeptos estarían por igual en las calles.
“La verdad es el camino a la paz”, dijo Edmundo González, en su red social X, en el que se solidariza con el pueblo venezolano, tras los graves hechos que por el momento cobran 11 personas muertas, 44 civiles heridos y 23 militares reportados con atención delicada en los hospitales.
Por su parte, el presidente Maduro, atrincherado en Miraflores, ordenó cierre de embajadas y consulados de varios países latinoamericanos, cuyos presidentes no han aprobado los resultados que ha entregado el CNE.
Ahora el epicentro de la disputa de Maduro se encamina contra Elon Musk, de quien dijo: “Ya controla Argentina, ya controla Ecuador. Es la representación de la ideología fascista en el mundo.
Sentenció al multimillonario diciendo: “Elon Musk, quien se mete conmigo, se seca, se quema. ¿Quieres pelea? Vamos a darle, estoy listo. Soy hijo de Bolívar y de Chávez. No te tengo miedo Elon Musk, vamos a darnos, donde quieras. Como decimos en Caracas: ‘si tú quieres, yo quiero’, di dónde”.
Los líderes de los dos sectores atizan el fuego con frases que descontrolan el cerebro de sus seguidores. En redes sociales se manejan informaciones que no pueden ser confrontadas con facilidad y la gente queda atrapada en un dilema terrible, que precisamente es lo que está desbordando en hechos, que parecen capítulos de hechos ya registrados en elecciones anteriores.
¿Quién puede controlar el baño de sangre? Es la pregunta que todos nos hacemos. El Alto Comisionado DDHH-ONU, Volker Türk, preocupado por la crisis en Venezuela: instó a respetar los derechos de todos los venezolanos.
Se requiere que la ONU y la OEA, convoquen con urgencia a los expertos para darle una salida a este nuevo conflicto que vive el vecino país.
Frenar a tiempo para evitar un baño de sangre mayor, sin que existan intervenciones extranjeras, solo con la asesoría de las organizaciones legalmente reconocidas, debe ser el principal objetivo. El mundo debe hacer algo para lograr el orden en esta hermosa Nación, víctima de muchos intereses, que solo apuntan a sacar provecho de sus millonarias riquezas naturales.