El suicidio de un menor de doce años en Riohacha encoge el corazón y el lamento de una comunidad que no encuentra razones para tratar de entender qué motivó la decisión del estudiante que conformaba una familia tradicional con sueños por cumplir. Al tiempo, en el corregimiento de Carraipía se informó un caso similar en un hombre de 35 años.
Las cifras en La Guajira son altas, de enero a julio de este año, 14 personas se quitaron la vida, por lo que nuevamente el llamado a las autoridades competentes para que asuman sus responsabilidades y encuentren caminos para evitar que las familias sigan expuestas a estas tragedias.
La muerte de este menor no puede convertirse en otra cifra más, ni en las intervenciones intermitentes de las instituciones que a veces solo actúan llevadas para cumplir un requisito.
Los casos de suicidio que se están presentando en el departamento deben generar preocupación en las autoridades para que brinden el apoyo que las familias necesitan para que se recuperen sin el sentimiento de culpa, y se les ayude a tratar de entender lo sucedido para que logren continuar sus actividades con tranquilidad.
Recientemente la Procuraduría General de la Nación, entregó un preocupante panorama sobre la situación de salud mental en Colombia. De acuerdo con cifras suministradas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre enero y julio de 2023la tasa de suicidios se incrementó en 15,73 % con respecto al mismo periodo de 2022, pasando de 1.564 a 1.810 casos,a raíz de diferentes padecimientos mentales presentes entre la población colombiana. Los intentos de suicidio atendidos sumaron 30.021casos, según cifras del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública.
Las cifras indican que, entre enero y mayo de 2023, al menos1’517.933 personas presentaron trastornos y enfermedades mentales, de las cuales solo 619.488 han recibido diagnósticos.
Entre los diagnósticos más comunes se encuentran, el trastorno mixto de ansiedad y depresión, la ansiedad no especificada, la ansiedad generalizada, el episodio depresivo moderado, la perturbación de la actividad y la atención, los trastornos de adaptación y la esquizofrenia paranoide. Estas afecciones no eran tan evidentes como lo son en la actualidad.