Una serie de obras viene ejecutando el Distrito de Riohacha en la ciudad, que causan ciertas incomodidades en los ciudadanos porque les impide movilizarse de manera segura.
El atraso en algunas de las obras es la muestra de cómo los contratistas atraviesan por una serie de dificultades antes de iniciar los trabajos, que en algunos casos tienen que ver con permisos de parte de la autoridad ambiental que no los entrega de manera inmediata porque no se cumple con los requisitos de ley.
En otras situaciones, los contratistas no cuentan con el suficiente músculo financiero para avanzar en la ejecución como corresponde de acuerdo con el contrato que suscriben.
Las dificultades de los contratistas pueden ser múltiples, pero de ninguna manera puede ser la excusa para que se acostumbren a incumplir con los trabajos.
La capital de La Guajira está reventada, sin la debida señalización, generando además un caos vehicular y una trampa para los transeúntes.
El alcalde Genaro Redondo Choles, debe ser más exigente con los profesionales responsables de los contratos, para que avancen en su ejecución con el propósito de mostrar una ciudad amable y amigable con el medio ambiente.
Los contratistas deben redoblar los esfuerzos si realmente quieren cumplir, en tanto la comunidad debe ejercer su propia veeduría, y denunciar cuando lo consideren conveniente ante los entes de control.
Si bien se reconoce que las obras que se ejecutan actualmente son necesarias porque tienen que ver con su malla vial, la ampliación del sistema de alcantarillado, y el cambio de tubería del sistema de acueducto, también lo es que muestran un atraso considerable, lo cual está generando caos e inconformidad en la comunidad por la desconfianza en los contratistas y en los funcionarios públicos.
Sin embargo, los ciudadanos siguen esperando que para este mes de diciembre que se avecina ya las obras estén culminadas, y Riohacha brille como se lo merece para recibir con optimismo el 2025.