Muchos son los intereses políticos que se mueven en este año considerado electoral por la elección de nuevos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y miembros de las juntas administradoras locales.
En ese orden de ideas, es claro que el cambio de gabinete responde a unos intereses políticos de precandidatos aliados a quienes llevaron, y especialmente a nuevos poderes electorales a Wilmer González Brito, a la Gobernación de La Guajira.
Frente a ese panorama le corresponde al gobernador en calidad de encargado, entender que no debe entregar la mayoría de las cuotas de gobierno, ni la contratación a quienes quieren llegar al poder apoyando entre comillas a quien pueda ser el candidato de la administración.
Esa no es una buena práctica, lejos está de los intereses comunes de una comunidad que requiere plena libertad para ejercer un voto consciente, y que sigue esperanzada en que su nivel de vida mejore.
La administración no se puede hipotecar a los intereses de unos pocos, por eso es necesario que este nuevo gabinete refleje lo que La Guajira necesita, mujeres y hombres comprometidos con el servicio, idóneos, honestos, responsables y con la suficiente experiencia para generar los resultados que requiere la administración departamental.
Los interesados en gobernar a La Guajira deben demostrar la suficiente independencia del gobierno, y generar en la comunidad la confianza necesaria para que se ganen ese voto que debe responder al interés colectivo y no al particular.
Las malas prácticas electorales deben quedar a un lado, es necesario que la comunidad especialmente nuestros jóvenes se empoderen de los cambios que se reclaman para que en este nuevo proceso electoral realmente se demuestre que el voto consciente tiene un alto valor para escoger a quien realmente cuente con el suficiente conocimiento, experiencia e idoneidad.