Ellos y nosotros hemos hecho prácticas indebidas. ¿Y hacia dónde nos ha llevado eso? Hacia una lucha fratricida y corrupta por ganar o mantener el poder. Hacia una polarización ideológica, política, personal y familiar que a su vez se convirtieron en la base de las más impuras manifestaciones del comportamiento humano, como son la hipocresía y deslealtad.
Hoy los candidatos de uno y otro proceso, los de las Juntas de Acción Comunal y los de los Consejos de Juventud, con todo el derecho que les asiste están haciéndose propaganda para granjearse el voto popular de su vecindario, amigos y familiares y desafortunadamente el formato que están usando es el mismo de las viejas costumbres; el que se ha utilizado tradicionalmente y los efectos de esas campañas así, serán los mismos: comportamientos viciados.
Por eso, que buena oportunidad es ésta para llegar a la gente a ganarse el voto con planes y propuestas creíbles, fuera de exageraciones ilusorias, engañosas y mentirosas algunas. Qué bueno que con la verdad y la humildad por delante conquisten adeptos para que al final de los periodos para los que son elegidos, esos adeptos sigan creyéndoles, sigan siendo sus amigos sinceros, y se tome como ejemplo esa buena práctica política y electoral adelantada.
Qué bien que no se crean, para que no decepcionen, y no ofrezcan que al ser elegidos van a dar de lo que no tienen y van a solucionar lo que no les compete ni está a su alcance.
Qué bueno que la gente vaya a votar libremente, espontáneamente porque los convencieron las propuestas programáticas, el lenguaje sincero y claro y los buenos antecedentes de esos candidatos y no la dádiva o compra de voto, y falsas promesas que terminan en engaños. Qué bueno que los electores, los sujetos más importantes en estos procesos, tomen conciencia que sus necesidades personales y la solución puntual que reciban, no pueden ser el móvil para ir a votar; que bueno sería que se piense en colectivo, en el bien común y “no dejarnos llevar o convencer por un lucro individual”.
Entonces, aprovechemos señores candidatos estas circunstancias político-electorales que se vienen para que iniciemos el cambio de las malas mañas, y los líderes, ustedes, los ciudadanos conscientes y la dirigencia en general pongan de presente la necesidad de ajustar nuestros procederes viciados a procederes honestos, democráticos y alejados de la corrupción al sufragante.
Señores electores, eso que hoy soluciona, mañana se vuelve a convertir en karma y vergüenza, pero, aun cuando conocemos que unos cuantos lo saben y no les importa, somos conscientes que a la mayoría si se les enseña con el buen ejemplo, si se cumplen con las propuestas programáticas y no se les engaña o ilusionan impunemente, esos electores, en estos procesos y en los que vengan, lo piensan y comienzan a cavilar, y si somos constantes en la pedagogía, lo practican, lo adoptan como costumbre sana de vida y de participación democrática.
¡Iniciemos ese cambio, arranquemos, hagamos campañas sanas, inteligentes y honestas!