Se justifica el rechazo nacional e internacional por el uso de símbolos nazis que se hizo recientemente en la Escuela de Policía Simón Bolívar de Tuluá, Valle del Cauca, en un acto pedagógico, que causó asombro dentro de la ciudadanía, en razón de que el genocidio nazi es una de las peores vergüenzas de la humanidad.
Pero un acontecimiento como este no nos puede hacer olvidar la existencia de otras fuerzas totalitarias, que han cometido más crímenes que el nazismo, tal es el caso del comunismo que después del asalto bolchevique en 1917 en Rusia, ha asesinado a 140 millones de personas en el planeta a nombre de “la revolución y el socialismo” y todavía no se conoce que la civilización le haya dado el trato que se merece el marxismo, por su vesania en contra de la especie humana.
Y para completar, en nuestro país, en el Pacto Histórico de Gustavo Petro hacen presencia organizaciones marxistas leninistas con su iconografía comunista, que no dan muestra de ningún reato por los crímenes cometidos por sus correligionarios y al contrario justifican semejantes masacres ocurridas en varias naciones; subrayando que desde el surgimiento del comunismo para esa organización genocida los seres humanos son considerados como simples herramientas, que se utilizan para que la élite totalitaria dé rienda suelta a sus caprichos, veleidades y apetitos.
Es curioso que algunos despistados e idiotas útiles dicen que el comunismo no ha existido o que ha sido mal aplicado o mal interpretado, entonces de acuerdo a eso, se podría decir que también Hitler no supo adaptar el nazismo, cuando está plenamente probado que el comunismo y el nazismo en su aplicación han demostrado su carácter perverso y sanguinario; siendo bastantes descarados los jefes marxistas que nunca han pedido perdón por los crímenes que han cometido los miembros de ese engendro; ya que no veremos a Xi Jinping, actual secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, pidiendo perdón por los millones de asesinatos perpetrados por su partido en la revolución cultural y en la colectivización, o por el origen y propagación del Covid-19 que ha causado 5,2 millones de muertos y 233 millones de contagios en el mundo.
En las elecciones de noviembre de 1932 en Alemania, el partido comunista terminó respaldando a Hitler, quien después lo ilegalizó, pero fue factor para la consolidación del nazismo. Otro elemento de cercanía entre nazismo y marxismo fue el pacto Ribbentrop-Molotov el 23 de agosto de 1939 entre la Unión Soviética y la Alemania nazi; con este tratado de no agresión firmado 9 días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se repartían a Finlandia, Polonia, Repúblicas bálticas y parte de Europa oriental.
La Operación Barbarroja que se inicio el 22 de junio de 1941, en donde comenzó la invasión nazi a la URSS, dejó por el suelo el pacto Ribbentro-Molotov, demostrándose el carácter traidor de las fuerzas totalitarias, como en una vendetta entre bandidos; a lo que se debe agregar que León Trotski responsabilizó a Joseph Stalin por la derrota de los comunistas en la guerra civil española, siendo asesinado el promotor de la Cuarta Internacional en México en 1940, por orden del dictador soviético.
La caída del Muro de Berlín en 1989, que hubiera sido la sepultura definitiva para el marxismo-leninismo en el planeta, le sirvió al tirano de Fidel Castro para que en compañía de Luis Ignacio Lula da Silva, de Brasil, montarán el Foro de Sao Paulo en 1990, poniéndole un nuevo disfraz al comunismo totalitario, eso sí aprovechándose del atraso ideológico de algunos pueblos latinoamericanos, que todavía no han comprendido el carácter rastrero y pérfido del marxismo.
A lo anterior se le juntó el orate de Hugo Chávez en Venezuela, quien como un nostálgico de la guerra fría, no podía admitir la debacle del comunismo en la URSS y Europa oriental, por eso montó la parodia del socialismo del siglo XXl, que es otra mascarada marxista para engañar a nuestros pueblos, llevando a la patria de Bolívar a una situación absolutamente calamitosa.
No se puede pasar por alto que algo que identifica indiscutiblemente al nazismo y al marxismo es el terrorismo, que utiliza métodos violentos indiscriminadamente en contra de la sociedad para amedrentarla. Así como hay antinazismo, también debe existir el anticomunismo, pues ello es propio de la razón, porque esas doctrinas totalitarias son contrarias al humanismo.
No queda la menor duda acerca de la relación entre el nazismo y el marxismo, en vista de que como doctrinas totalitarias han buscado avasallar a los pueblos, por ello la democracia es el mejor antídoto para preservar la libertad frente al marxismo maestro indiscutido del nazismo. Y en Colombia con Gustavo Petro en el 2022, el comunismo pretende tomarse el poder sin que las fuerzas republicanas hayan hecho lo suficiente para contrarrestar semejante amenaza, dado que ni siquiera se denuncia el apoyo que le dan al candidato de la Colombia Humana las hordas comunistas; caso contrario ocurriría si a cualquier otro candidato lo apoyará algún grupo neonazi (por minúsculo que fuera), no nos imaginamos los alaridos de la mamertada.