Los colombianos tenemos el particular defecto de pontificar sobre lo que no hemos leído. Afirmamos lo anterior, porque sin ser publicado la totalidad de los diez tomos con el Informe de la Comisión de la Verdad, ya hay juicios y pronunciamientos negacionistas de quienes se sienten aludidos como determinadores en el conflicto armado colombiano.
Para negar la cruda realidad, estos responsables de la tragedia nacional, descontextualizan los hechos narrados por las víctimas en sesenta años de violencia sistemática como lo demostró el sociólogo Orlando Fals Borda, al comprobar que este fenómeno de patología social se viene repitiendo en ciclos más o menos acompasados, en los que solo cambia el nombre del actor, violento o inspirador, por el nuevo actor.
Como ocurrió en 1962, con la publicación de la “Violencia en Colombia” ante el profundo revuelo de sectores a favor y en contra por el contenido del Informe de la Comisión de la Verdad, es necesario aclarar que no es la primera vez que en Colombia hay polarización porque un grupo de comisionados y comisionadas designados construyan una serie de documentos que recojan la verdad histórica a partir de la voz de las víctimas que padecieron el conflicto armado en el país.
La Comisión de la Verdad, junto con el Comité para la búsqueda de los Desaparecidos y el Sistema de Justicia Especial para la Paz – JEP (Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición) forman parte del punto tres del Acuerdo de Paz firmado en 2016.
El informe de la Comisión de la Verdad está compuesto por diez tomos y una página web. El pasado 28 de junio publicaron cuatro tomos. El primero titulado “Hallazgos Y Recomendaciones” esta subdivido en once subcapítulos y catorce grupos de Recomendaciones. El segundo, “Cuando los pájaros no cantaban: Volumen Testimonial” compuesto por el libro de las “Anticipaciones”, el de las “Devastaciones y la vida” y el libro del “Porvenir.”
El tercer tomo “Convocatoria a la Paz Grande” es un llamado a una profunda reflexión en torno a los cambios estructurales que deben realizarse para la construcción de la Paz completa y a los esfuerzos que como sociedad debemos hacer para alcanzar la reconciliación. “No es un mal menor: Afectaciones a los niños, niñas y adolescentes” es el título del cuarto tomo.
En lo que resta del mes de julio y agosto se entregaran semanalmente los tomos “No mataras,”“Hasta la Guerra tiene límites,” “Sufrir la guerra y rehacer la vida” y “Colombia adentro” que contiene 14 documentos sobre la forma como se territorializó el conflicto, incluida la región Caribe y en el sur (Masacre en Villanueva), centro y norte de La Guajira.
El volumen étnico “Resistir no es aguantar: dinámicas, violencias y daños del conflicto armado a los pueblos étnicos en Colombia,” y el último tomo intitulado “La Colombia fuera de Colombia”, que visibiliza el dolor olvidado del millón de personas exiliadas a consecuencia del conflicto armado colombiano como el caso de la senadora villanuevera Imelda Daza Cotes y la recienta electa wayuú representante a la Cámara con el aval del Pacto Histórico por los residentes en el exterior, Karmen Ramírez Boscán, oriunda de Maicao.
En la página www.comisióndelaverdad.co que ya está habilitada se puede consultar en línea el Informe en su totalidad; además, “Vida en reexistencia”, “Impactos, afrontamientos y resistencia,” “Pueblos étnicos,” “Exilio,” “Niños, niñas y Adolescentes,” “Sonidos y memorias,” “A viva voz,” “Diálogo social,” “Activaciones artísticas y culturales,” “Archivo del esclarecimiento de la Verdad” “¿Con quién lo hicimos?,” “Pedagogía” “Colombia adentro.”
Convocamos a los lectores y lectoras de Diario del Norte, pero especialmente, a las víctimas del conflicto, la institucionalidad y a la ciudadanía en general, para que le formulemos cordial invitación a los comisionados y comisionadas a la socialización en La Guajira del Informe “Hay futuro si hay Verdad”.