A raíz de los bloqueos a que nos tienen sometidos, en algunas partes comienza y en otras la padecen hace rato, la escasez es notoria y perjudicial en todo, hasta para el agua que bebemos.
El gobierno ha sido sensato y prudente y no ha oído la voz de guerreristas que claman porque se decrete el estado de emergencia o conmoción interior, creo que es la misma friega, que no es otra cosa que utilizar la fuerza bruta y ponerse en pie de guerra con enfrentamientos violentos que produzcan una mortandad.
Eso es lo que quieren los revoltosos, para después comenzar, no exagero, una cruenta y despiadada guerra y eso es precisamente lo que el presidente, nuestro presidente Iván Duque olfateó y no ha caído en la trampa.
Hay escasez de todo, pero hay de todo y los precios han subido, hay, como siempre, especulación, los especuladores están haciendo su agosto, todo está por las nubes, en plena cosecha de mangos, nísperos, zapotes y mamey, vayan a comprarlos, a precio de oro y así está el bocachico, el queso y toda clase de verduras.
Pero hay un producto que su procesamiento y mercadeo no baja, la nefasta cocaína, son 200.000 hectáreas que cosechan 3 veces al año, producen más de 2.000 toneladas, 2.000.000 de kilos o 2.000.000.000 millones de gramos que distribuimos para el mundo y sale de Colombia por los famosos corredores de la droga donde no hay bloqueos ni obstáculos en aviones comerciales, lujosas avionetas, barcos de gran calado y elegantes yates. Destruir esos cultivos no es fácil ni con toda la plata del mundo, están de por medio miles de campesinos que financiados por los narcos, el gobierno de Santos se los permitió y ferozmente se oponen a su destrucción porque de eso viven.
Por qué el gobierno no destina los recursos que recibe de EE UU para destruir los grandes laboratorios donde procesan la hoja; por qué no ofrece jugosas recompensas por su denuncio, por qué no fija los ojos en esos pueblitos donde las estaciones gasolineras venden no miles, sino millones de galones para procesar la droga. Inicien una campaña de destrucción de los laboratorios y verán que se achichan y los campesinos con la ayuda estatal tienen que buscar otras opciones. Prueben por ahí y serán muy pocos los que se opongan, inicien esa campaña para ver cuántos resultan al estilo Sanclemente y paralelo a ello, comenzar a destruir las pistas de aterrizajes que hoy pululan por todas partes.
Si no hay hoja, no hay laboratorios, sin estos no hay coca y si no hay coca no hay plata y sin billetes no hay paros, porque todo ese platal que cuestan esas movilizaciones lo aportan los narcos. ¿O hay dudas?