El tema de Ia responsabilidad del poder es clave en una democracia contemporánea, en el sentido de que los gobernantes deben y pueden dar cuenta a los ciudadanos sobre el ejercicio de su función de poder ejercido por un bien común, llevándolo a lo político: El que ama al prójimo ha cumplido la Ley, en efecto, lo de: no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: amarás, le cumplirás y respetarás a tu prójimo como a ti mismo.
Los electores son el prójimo de los gobernantes y son los que toman la decisión de escoger quién los gobernará, aunque muchas veces ha sido peor el remedio que la enfermedad, son ellos los que tienen que pedirles cuentas a los gobernantes por los casos de corrupción, de abuso de poder o de violación a los derechos humanos o enterarse de la buena gestión y felicitarlos, el ejercicio de Ia responsabilidad de los gobernantes es un arma fundamental que se ha ido dando en los pueblos a lo largo de los siglos para hacer frente al poder absoluto.
Gracias a evoluciones históricas en unos países y a rupturas revolucionarias en otros, se ha generado una serie de mecanismos para hacer frente al abuso y Ia concentración excesiva de poder; todo lo contrario, ha pasado en Colombia, donde un pueblo supuestamente ‘cansado’ eligió por primera vez un Gobierno de izquierda en toda la historia de nuestro país. Luego de hacer historia en las elecciones presidenciales de 2022, ganando con amplitud, este Gobierno de izquierda enfrenta una crisis de credibilidad por cuenta de varios escándalos de corrupción; un descrédito que no se origina en una oposición recalcitrante ni en los grandes poderes económicos, que no han ocultado su desacuerdo con su proyecto político, sino en altos funcionarios, aliados de primera línea y miembros de su familia.
La responsabilidad del poder supone e implica algunos contrapesos. Estos contrapesos son en primer Iugar de tipo ético, algo tan concreto, elemental y fundamental a Ia vez, como el respeto a Ia Constitución y a Ia ley, nada más ni nada menos, además significa también contrapesos de tipo institucional; una manera de hablar de Ia responsabilidad de los gobernantes es desglosarla y hablar de responsabilidad administrativa, responsabilidad civil y responsabilidad penal; empecemos entonces por el control político que se hacen desde los concejos municipales y Asamblea Departamental, que tan efectivos han sido, evidentemente es un componente muy importante. En muchos casos estos no tienen legitimidad social y política a los ojos de mucha gente.
La participación y Ia presencia ciudadana cuando hablamos del ejercicio de Ia responsabilidad de los gobernantes, que nosotros mismos elegimos, es un componente fundamental cuando hablamos del ejercicio de Ia responsabilidad de ellos. La primera manifestación, en términos de mayor a menor, son obviamente los partidos políticos; casas políticas que sobra recordarlo están en crisis, no solamente en el país si no en nuestra Guajira, crisis de representatividad, crisis de legitimidad entre otras.
Hay grandes retos, pero partimos del supuesto de que, sin partidos políticos serios comprometidos, respetuosos del elector y representativos, no se lograría el cambio que se necesita. Un espacio como los concejos municipales, la Asamblea Departamental que no es un espacio técnico ni jurídico, son básicamente un espacio político, no puede ni tienen que ser Ia expresión de una serie de pseudocaudillos, sino de fuerzas políticas orgánicas que representen a distintos sectores y maneras de pensar de la población, ya que Ia democracia directa en una sociedad compleja es de muy difícil concreción en términos prácticos.
Inicia el 2025; se respira otro aire en La Guajira, nuestro gobernador Jairo Aguilar, quien fue calificado por la Gran Encuesta del Caribe 2024, con un 70% de aceptación por parte de los guajiros, en un Departamento cuestionado, pero con el liderazgo mostrado por Aguilar de Luque, confirmamos que sí está cumpliendo ‘La Palabra’, les corresponde a los 15 alcaldes de la península, donde pocos se destacan y son reconocidos por sus gobernados, que amen y les cumplan a sus prójimos que son los responsables de tenerlos donde hoy están y en quienes confiaron.