Siempre me ha parecido baladí el discutir sobre la existencia del Diablo, Lucifer, Satanás o como quiera usted llamarle, inclusive en este diario manifesté en un artículo anterior que este personaje fue una creación originada por el temor o miedo del hombre a cosas o elementos innaturales; pero como dice el populacho de que existen cosas raras existen y de que vuelan, vuelan.
Que el Diablo entre y escoja es otro mensaje que acolitamos cuando ya no se puede decidir; significa que por ejemplo en una pelea no se sabe cuál de los dos tiene más culpa o es más malo, si el uno o el otro, caso parecido el de los electores colombianos a la hora de decidirse por un candidato presidencial, específicamente los dos en contienda por estos días, en la cuestión electoral es donde aquellos que se disfrazan de Satán otrora residentes de la Casa de Nariño, aparecen para generardistracción en el elector, eseseñor que se quedequieto y sea el pueblo quien escoja entre los dos al mejor.
Al final de las competencias no siempre arriban los mejores, no falta el colado o el llamado “esta de leche” es decir el suertudo, caso Real Madrid y Liverpool donde milita nuestro orgullo colombiano Lucho Díaz, lo mismo pasa con los dos candidatos finales en contienda presidencial, el uno llega por su constancia, por sus conocimiento, por su labor histórica en el congreso denunciando sin contemplación a los corruptos de este país, defendiendo la paz y tratando con buenas intenciones de mejorar la calidad de vida de la gente “de a pie”, el otro un viejo macanudo que se toma las cosas a la francachela, con mucho jolgorio político, típico del hombre santandereano, tal vez lleno de buenas intenciones pero sin un aterrizaje político y un disminuido conocimiento del país, que solo llega a improvisar.
Decirles a los ciudadanos que pertenecen al 52% de los sufragantes, que Colombia no es una tienda, ni mucho menos un negocio en donde todo se remata todo a mil pesos, es hacer un llamado a la cordura, a la sensatez y al buen sufragio, la pasión no debe tener cabida a la hora de decidir quien regirá los destinos de 49 millones de colombianos.
Muchos han sido los autores que han escrito sobre la política, caso de Maquiavelo que se centra, en la política como “arte de conquistar el poder”, pero también de mantenerlo y para ello le dice al príncipe que la “mejor fortaleza de un gobernante es no ser odiado por el pueblo” y para lograrlo tiene que estar lleno de conocimiento, preparación y buenas intenciones y no de ensayos torpes. El tema central de La República escrita por Platón es la reflexión sobre qué es la justicia y cómo se expresa en el hombre, lo que lleva a abordar la organización del estado ideal. Por su parte Cicerón escribe: “El Estado ideal es aquel en el que los mejores buscan la gloria y el honor y evitan la ignominia y el descréditoy si no hacen el mal no es tanto por miedo a los castigos que imponen las leyes como por la vergüenza que ha dado el hombre a la naturaleza y que nos hace temer la crítica justificada”.
Para estos tres personajes históricos, dirigir un estado en este caso como el colombiano, no son cosas de fanfarronerías ni pamplinas, es mezclarse con el conglomerado para construir y fortalecer un tejido social que nos dirija hacia una nación sólida, un estado unido y una república donde exista a tutiplén la igualdad ante la ley de todos los habitantes; que no se concentre el poder en unos/as pocos/as; el ejercicio de los cargos sea por tiempo limitado y meritocráticos la mayoría de los administrativos.
Llama la atención el caso de Abdalá Bucaram, médico, quien gobernó al hermano país del ecuador para el período comprendido entre el 10 de agosto de 1996y el 6 de febrero de 1997, el cual finalizó con su destitución por parte del congreso del por incapacidad mental para gobernar; sin desconocer también los desatinos de Donald Trump, en el país del norte, cuya victoria electoral desató protestas en todo Estados Unidos, en oposición a sus políticas y sus declaraciones incendiarias, entregando un país en medio de muertes en plena campaña de reelección.
Así las cosas, es que en cuestión de presidentes se hace referencia la cabeza, líder o soberano que ejerce las funciones de representación del Estado, visto éste como la máxima organización política que ostenta y se regula con una estructura jurídica y política propia, con población y que opera en un territorio delimitado; cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales. Representar al Estado, dentro y fuera de la República. Dirigir la política general del Gobierno. Velar por el orden interno y la seguridad exterior de la República, que no le tenga miedo a los debates dentro y fuera del país.
Mi invitación es que en esta segunda vuelta elijamos al mejor, no vale equivocarnos, el Diablo que se quede quieto, presentó dos candidatos y el pueblo les dijo NO con mayúscula, alo macondiano ya vivió su otoño, no más… no más..