“El señor presidente está en una reunión con el nuevo Procurador General de la Nación y con la señora Fiscal, por lo tanto, les presentamos excusas por la no presencia del doctor Gustavo Petro”.
Con ese mensaje lacónico, la presentadora oficial del evento programado en la comunidad indígena de Villa Fátima, ponía fin a varias horas de espera al presidente Gustavo Petro, quien había confirmado su asistencia para las dos de la tarde.
Pero el presidente Petro finalmente logró hablar, pero no dijo exactamente lo que la comunidad anhelaba. Destapó una serie de anuncios o comentarios, que al parecer llegaron flotando en una carretilla mágica, propia del mundo macondiano.
“¿Qué vamos a hacer con las infraestructuras?, ¿qué va a pasar con la línea férrea? Habría que mirar una línea férrea que va en línea recta entre este puerto y Albania, cuando la línea férrea es recta, el tren puede ser uno de alta velocidad, imagínese usted gobernador, podría tener aquí un tren bala, porque no es la máquina lo que hace que sea rápido, sino que sea derecha la vía”, sostuvo el mandatario.
¿Un tren bala para La Guajira? Sí, fue un comentario, no un anuncio, ni mucho menos un compromiso estatal, para construir un tren bala en la península, algo que supera las múltiples propuestas utópicas que a los habitantes de este territorio, le han formulado muchos mandatarios.
No solo el presidente Gustavo Petro ha sido portador de grandes proyectos, producto de una creatividad que sirve de puente para evadir la realidad de los compromisos incumplidos a las regiones.
Para el presidente es claro que si se aprovecha la línea férrea que hay en ese territorio, sería un atractivo para los inversionistas del sector hotelero. De esta manera se podrían producir recursos suficientes que incluso, serían superiores a los dineros que genera el carbón.
Los líderes guajiros esperaban un pronunciamiento claro y profundo sobre la proyección de inversiones laborales de Sirius-2 para el departamento de La Guajira.
Guardó silencio sobre el proyecto de resolución, que prácticamente deja sin herramientas jurídicas la importación de textiles por la zona especial aduanera de este departamento.
No hubo pronunciamientos sobre la decisión de muchos inversionistas que se van de La Guajira porque no les entregan licencias ambientales para generar energías limpias.
Pero sí hizo mucha alusión al proyecto de aeródromo entre Bahía Honda y Bahía Hondita, argumentando que los turistas de Punta Cana, República Dominicana y Aruba, podrán en menos de 45 minutos visitar estas costas del Caribe.
Nos deja un sinsabor por la falta de anuncios con inversiones reales, como terminar los distritos de riegos del Ranchería, los acueductos y las carreteras para la Alta Guajira.