Este primero de enero de 2020, asumen los 15 nuevos alcaldes de La Guajira, luego de resultar ganadores de las elecciones regionales del pasado 27 de octubre de 2019.
Cada uno de ellos llega en medio de algunas dificultades, producto de la crisis social y económica de la administración departamental.
Las nuevas administraciones deben responder a los requerimientos de una comunidad, que sigue exigiendo mejores condiciones de vida, pero para ello es necesario el compromiso de los actuales alcaldes para que se cumpla a cabalidad con el proceso de empalme para contar con información de primera mano sobre el estado real de las administraciones.
Se trata entonces que con información cierta los nuevos gobernantes de la cosa pública puedan armar con suficientes argumentos una hoja de ruta fundamentada en los programas de gobierno que entregaron a las autoridades electorales cuando inscribieron sus candidaturas.
Se esperaría también que conformen un gabinete lo suficientemente idóneo con capacidad de servicio a la comunidad, para que desde el inicio logren aunar todos los esfuerzos para el cumplimiento de los objetivos trazados para los cuatro años de gobierno.
Es claro que con tantos problemas juntos los nuevos alcaldes deben permitirse también trabajar de la mano con la nueva administración departamental, para unidos hacer causa común ante el Gobierno nacional y lograr nuevas inversiones sociales en beneficio de una comunidad que espera por fin poder gozar de una mejor calidad de vida.
Uno de los problemas más graves de La Guajira es la falta de empleo, a lo que le deberían apuntar las administraciones que asumen este primero de enero para lograr que mejoren las condiciones de vida de miles y miles de familias, lo que incide en la protección de los niños y niñas.
Este nuevo periodo de gobierno debe significar prosperidad para toda La Guajira, que se aprecie ese cambio que tanto se requiere para que lleguen esos proyectos y programas que muestren que realmente están llegando esas obras macro además de la inversión en la gente para ese cambio que la comunidad reclama a gritos.
La esperanza de cambio de los guajiros está más allá de una esperanza, por eso con la posesión del nuevo gobernador y los 15 alcaldes, debe iniciarse la transformación social de un departamento que debe convertirse en la tierra de las buenas oportunidades para todos.