A todas luces se observó durante el presunto diferendo limítrofe entre los dos departamentos y municipios hermanos, que la reclamación de los cesarences y vallenatos carecía de todo fundamento. Pero, como siempre se ha dicho, que el Cesar y su capital, Valledupar, son entidades territoriales mucho más fuertes políticamente que La Guajira, esta hipótesis los puso a soñar en detrimento de nuestro territorio.
Casi una década duró el litigio, escudriñando los viejos anaqueles de las bibliotecas y notarías públicas y los archivos locales y departamentales para compilar el acervo probatorio con las evidencias de nuestra soberanía territorial con presencia en el territorio en disputa. Pero al final, la verdad se impuso.
Los guajiros, pese a la prolongada y aguda crisis política e institucional de esta coyuntura, nos pusimos la camiseta del Departamento y los sanjuaneros también empuñamos las banderas del patriotismo por la defensa de nuestro territorio. Además, contamos con un Instituto Geográfico como el Agustín Codazzi, que dio muestra de su transparencia y equidad, respetando los límites tradicionales que rigen desde 1965 hasta nuestros días.
La fijación de los límites provisionales por parte del Igac, cotejando pruebas y evidencias cartográficas y catastrales, lo mismo que la tradición oral y la normatividad, ante la falta de pronunciamiento del Congreso, fue decisiva en el proceso. Igualmente, la propuesta técnica de trazado de los límites presentada por ese órgano rector de la geografía nacional, fue el cimiento fundamental para la ponencia de la comisión de ordenamiento territorial.
Del mismo modo, hay que reconocer y exaltar la actitud gallarda y honesta del honorable Congreso de la República que fue muy transparente. No me cansaré de destacar la ponencia magistral que hiciera, la senadora María del Rosario Guerra de la Espriella, del partido Centro Democrático, exhortando a la Comisión de Ordenamiento Territorial a votar positivamente por la propuesta de limites presentada por el Igac por considerarla ajustada al derecho. Hasta última hora fue una sesión y votación acompañada de mucha tensión y especulación. Pero este histórico miércoles 3 de abril de 2019, se cerró este capítulo para bien de La Guajira, que sigue conservando su soberanía territorial.
La Junta, Potrerito, Carrizal y Veracruz, con toda la magia y ficción de la realidad, vida y obra musical del ‘Cacique de La Junta’, el inmortal Diomedes Díaz Maestre, sigue perteneciendo a la jurisdicción del municipio de San Juan del Cesar, según los límites aprobados definitivamente.
La descripción de los límites comienza desde punto de nacimiento del Río Badillo, sigue aguas abajo en dirección general Sur-Oriente hasta el punto de cruce con el Arroyo La Gula. Continuando hasta el nacimiento del Arroyo La Malena en dirección sur este hasta ingresar por el lado noreste al poblado de Patillal, pasando por la cuchilla de los Garrapaticos. Retomando el nacimiento del Arroyo Pesquera. Siguiendo aguas abajo hasta su cruce con el Arroyo las Palomas. Continuando aguas abajo del Arroyo las Palomas hasta el cruce con el Río Cesar, punto donde confluye con los límites del municipio de Villanueva, La Guajira.
De acuerdo con esta propuesta técnica de límites aprobados, los barrios El Perú, Baroblancal y El Campín, así como un área suficiente para su expansión, hasta el callejón Primer Rincón, en territorio del corregimiento de Patillal, municipio de Valledupar, pertenecen al Cesar. Consideramos que este territorio que se conserva encierra un gran significado histórico y cultural. Además, es una tierra fértil de la provincia que frente a los desafíos del cambio climático y la inseguridad alimentaria de nuestro departamento se convierte en una gran despensa agroalimentaria, que servirá para resolver problemas comunes con Valledupar, asociándonos en busca de economías de escala.
Aquí nadie ganó, ni nadie perdió. Al Cesar se le dio lo que le pertenece, y a La Guajira, igual. Ahora se entrará a demarcar con el amojonamiento geodésico la línea física que establece unos límites definitivos y oficiales. Reconocemos a aquellos guajiros patriotas que ostentaron la investidura de gobernadores y alcaldes, directores de Planeación departamental y municipal, y a muchos líderes y lideresas, concejales y diputados, y especialmente, a nuestros congresistas actuales, Alfredo Deluque y María Cristina Soto, lo mismo que, al gobernador encargado Wilson Rojas, quienes defendieron a capa y espada la conservación de nuestra soberanía territorial.