En una batalla campal que dejó más de 20 heridos, entre hinchas y un policía, terminó el encuentro Nacional – Junior que se disputaba la noche del jueves 26 de septiembre, en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín.
Dentro de los lesionados, algunos sufrieron heridas por arma blanca y otros por caídas desde partes altas de la gradería, debido a que algunos aficionados fueron lanzados desde el segundo hasta el primer piso de las plateas.
Los desmanes iniciaron en la tribuna norte, cuando en el minuto 54, el jugador Marino Hinestroza anotó el segundo gol que le daba el triunfo parcial al cuadro antioqueño. El robo de un trapo (bandera) por parte de las barras ‘tiburonas’ a unos ‘verdolagas’, fue el detonante.
De inmediato comenzó un enfrentamiento con palos y armas cortopunzantes entre los seguidores del Junior y del Nacional, que obligó a que el partido fuera suspendido indefinidamente.
Manuel Villa Mejía, secretario de Seguridad de Medellín, rechazó lo ocurrido a través de un duro pronunciamiento que hizo a través de su cuenta X y confirmó que quedaron más de dos docenas de heridos. Una vez la pelea quedó controlada al interior del escenario deportivo, el cual fue evacuado, escaló hacia las afueras del estadio, extendiéndose hacia altas horas de la noche.
Se está a la espera de que la Dimayor dé a conocer en el transcurso del día cuáles serán las sanciones que impondrá tanto para la plaza, por permitir el ingreso de armas, para los equipos y para la hinchada.
Este es el segundo acto de violencia que protagonizan los hinchas del Junior. La noche del domingo, 22 de septiembre, en el Estadio Metropolitano de Barranquilla donde se llevó a cabo el encuentro con Águilas Doradas de Sincelejo, un grupo de personas causó daños a vehículos y protagonizaron riñas en la zona de parqueaderos y en los alrededores de la calle Murillo.
