De acuerdo con la investigación historiográfica realizada por los maestros mayores Manuel José Fernández Fría y Rafael Antonio Amaya en 1945 y publicada el 1946 con el título ‘Villanueva: Datos historiales de la ciudad de Santo Tomás de Villanueva, departamento del Magdalena en la República de Colombia’, la fundación hispana del pueblo de indios Santo Tomás de Villanueva la realizó don Roque de Alba por instrucción de la gobernación de Valledupar el 18 de septiembre de 1562, bajo el patronato de Santo Tomás, “obsequiando su fundador, español valenciano, la imagen que aún poseemos y que encarna parte no pequeña de nuestra fe y a la que el pueblo acude con fe viva en sus horas de tribulación y a quien da gracias por sus horas de júbilo”.
El dato fundacional está confirmado por la tradición oral local y ratificado por el cronista y obispo bogotano Lucas Fernández de Piedrahita (1624-1688) en su ‘Historia general de la conquista del nuevo reyno de Granada’ (página 322)
El pueblo originario de la nueva Villa fueron los Itotos, del tronco etnolingüísticocaribe, que se distribuían en tres parcialidades: Al norte la tribu Guazara, al centro Canopán y al occidente Guachirú.
Tomás García Martínez, el santo patrono, nació en Fuenllana (1486) a 6 km de Villanueva de los Infante (comunidad autónoma de Castilla-La Mancha de España). Fue fraile agustino ordenado en 1518 y consagrado arzobispo de Valencia en 1544.
En el documento del profesor Amaya y Fernández se recuperan tres milagros atribuidos por el pueblo villanuevero a Santo Tomás. El primero ocurrió el 8 de mayo de 1801, cuando el río se desbordó sobre la población, amenazando exterminarla, “lo cual fue impedido por nuestro Santo Patrono. Ante la catástrofe inminente, el pueblo acudió a la iglesia en busca de la imagen, la que no se encontró. Arreció el pánico en los ánimos de los habitantes. Más fue pasmoso el asombro de estos al cesar de repente la inundación. Volvieron al templo a dar gracias a Dios y encontraron al Santo humedecido y salpicado de barros”.
El segundo, fue el milagro de Barbarita en 1840. Una niña criada por Zoila y Wenselad Mato que con una allegada de apellido Ramírez fueron a recoger frutos al campo. De regreso, el río había aumentado de caudal y al vadearlo, la corriente le arrebató a la pequeña. Las Matos en su dolor imploraban el auxilio del Santo. El pueblo se puso en movimiento. Una de las comisiones, tuvo la inmensa fortuna de encontrar a Barbarita sana y salva en una pequeña isla. Al preguntarle cómo estuvo a salvo allí, respondió: “un hombre me colocó aquí y me acompañó toda la noche y cuando fui arrastrada por la corriente ese mismo hombre me dio un bastón para que soportara su fuerza y no me ahogara”.
Y el tercero, el milagro del El Platerito. Era este el apodo de Manuel Antonio Bernuy, casado en este pueblo y muerto en las guerras intestinas después de 1860. Tenía un lugar secreto a donde iba cada vez que tenía necesidad de traer oro en pequeñas cantidades para sus trabajos. El tal lugar se encontraba en las faldas de la cordillera denominada San Pablo y que queda frente a esta población de Villanueva. “Muchas personas, entre ellas, Francisca Valdés y Carmen Márquez (que aún viven) vieron el oro y conocieron prendas fabricadas por el célebre platero”.
Este año en la coyuntura de la pandemia se hace más presente y vigente una frase del santo patrono para enfrentar la calamitosa situación de la pandemia del Covid-19 que demanda una respuesta solidaria de la comunidad, pero mucho más comprometida por los que administran el municipio: “La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible.”
En respuesta a ese visionario y oportuno mensaje, los villanueveros y villanueveras cantaran el 18 y el 25 de septiembre el coro del himno a Santo Tomás cuya letra la compuso el normalista superior Rafael A. Amaya y la música el maestro Manuel J. Fernández:
Eres grande ante Dios y ante el mundo
Eres templo de ciencia divina
Eres luz que a este pueblo iluminas
Con fulgores de fe, unión y paz
Congratulaciones a Villanueva- Guajira por el aniversario 459 de su fundación hispana.