Las agresiones verbales en las redes sociales son el pan nuestro de cada día en el departamento de La Guajira.
Un tema bastante complejo por la libertad, que se tiene para el uso inadecuado de cualquier tipo de expresión en las diferentes redes sociales a las que se tienen acceso.
Si bien el uso de las redes permite ciertas libertades para expresar lo que se siente, también lo es el respeto que merecen las personas especialmente cuando se les califica o se les acusa sin tener una mayor prueba solo con el deseo de causar daño.
Se trata de lo que mejor se conoce como el ciberacoso, que de acuerdo con la Unicef se considera como acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales.
Puede ocurrir en las redes sociales, las plataformas de mensajería, las plataformas de juegos y los teléfonos móviles.
Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas. Por ejemplo: •Difundir mentiras o publicar fotografías o videos vergonzosos de alguien en las redes sociales.
Enviar mensajes, imágenes o videos hirientes, abusivos o amenazantes a través de plataformas de mensajería.
Hacerse pasar por otra persona y enviar mensajes agresivos en nombre de dicha persona o a través de cuentas falsas.
El acoso cara a cara y el ciberacoso ocurren juntos a menudo. Pero el ciberacoso deja una huella digital; es decir, un
registro que puede servir de prueba para ayudar a detener el abuso.
De acuerdo con la Unicef, sentirse objeto de burla o de acoso puede impedir que la víctima hable con franqueza o trate de resolver el problema. En casos extremos, el ciberacoso puede llevar a quitarse la vida. Los efectos del ciberacoso sobre la salud mental pueden ser diferentes según el medio que se utilice.
Además, el ciberacoso abre las puertas a la intimidación las 24 horas del día y puede llegar a causar mucho daño. Algunos estudios sobre salud mental han demostrado que ser víctima de acoso y violencia en las redes puede generar altos niveles de depresión, estrés, ansiedad y hasta pensamientos suicidas.
Es hora de parar la guerra verbal en las redes sociales, respetemos y consideremos al otro.