La pluma dorada, plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en una mujer wayuú digna de ser leída, contada y conocida por aquellos que me permiten entrar en la retina de su pensamiento, al leer la historia de Yadira Epinayu, mujer artesana, de una pequeña comunidad llamada Uyanpana de Suchima, Riohacha, la capital del Departamento de la Guajira, un territorio donde la esperanza se conecta con la lana, con las que teje nuestra joven protagonista Yadira Epinayu, quien hacen 20 años tiene como fuente de sustento su artesanía.
Yadira, una mujer artesana, quien cada mañana antes de que el sol se asome y haga su encuentro con las olas espumosas de las playas de Riohacha, a eso de las 5:00 am, cada mañana va a comercializar su artesanía al hermoso corredor artesanal de la primera, sus distintos productos (mochilas, mantas, ekiala (cintillo) waireñas, manillas) algunos tejidas por ella, otros por su abuela y niñas de su comunidad.
Yadira es un ejemplo de mujer valiente, soñadora y creativa, como cada una de esas artesanas que viste la primera de Riohacha, esas que le dan vida y color a la vista de los visitantes de la capital de La Guajira, permitiéndoles articular la creativa imaginación de las mujeres artesanas wayuú, con el sonido musical que se produce ante el encuentro del mar con la brisa.
Tejer es un placer para Yadira y para cada mujer wayuú, depender de la creación propia, las vuelve fuerte, independiente y productiva, verlas ofrecer sus productos a los turistas las complementa, las vuelve valiosas ante su comunidad y sociedad.
Yadira cuenta que a pesar de todas las circunstancias negativas por las que pasa cada una de las mujeres artesanas, de este espacio o corredor turístico de la capital de La Guajira, siempre es un honor para ellas, ser parte fundamental de la riqueza y belleza cultural de su Departamento, también han tenido bajones y dificultades que muchas veces perturba su motivación, como ser azotadas sin piedad por el sol radiante, que en verano descarga su energía ante la presencia de las artesanas, así mismo en tiempos de invierno, la lluvia las espanta, las obliga abandonar su actividad; son días difíciles para ellas, ya que en esta época no hay ventas, no hay comida, pero aun así, ahí han estado firmes a su esencia, a lo que significa ser una artesana wayuú.
Lo triste de todo esto, manifiesta Yadira y cada artesana de las que se ubican en esa bella primera de Riohacha, es que jamás han sido atendidas y favorecidas por ninguna entidad cultural o gubernamental a quienes tienen como vecinos y que se la pasan promoviendo cultura, pero nunca han tenido clemencia con ellas, entidades como el Banco de la República, Banco Popular, Gobernación, Dirección Departamental de Cultural, entre otras, solo escuchando a muchos y muchas asociaciones decir, que todos los artesanos de este corredor turístico y artesanal pertenecen a ellos, ¿será para sacar ventajas y la tajadita?, supuestamente trabajan para buscar favorecer a estas artesanas, pero al parecer hasta el momento, dice Yadira, que en sus 20 años de trabajo ahí, jamás de los jamases ha llegado algún tipo de ayuda, solo fotos para allá, fotos para acá, sabrán ellos sus fines expresó la artesana.
Yadira confía en que, desde el reconocimiento periodístico de esta pluma y la información sobre la existencia de una senadora wayuú como Martha Peralta Epieyu, más su bonito sueño de visibilizar a las artesanas y diseñadoras wayuú a nivel internacional, su gestión a favor de estas, que esta nueva oportunidad les permita ser visibles, y que llegue por fin los apoyos a mujeres emprendedoras y tejedoras de historia como Yadira, ella y todos los que como ella, que de sol a sol trabajan para aportar a la vida productiva de La Guajira desde la riqueza cultural, en este corredor turístico y artesanal, les apoyen con carpas que las cubran en tiempo de invierno y de sol, que las apoyen con materiales artesanales que les permita seguir creciendo y tejiendo más artesanía, para que la belleza y colorido de estas, sigan complementando la belleza natural del inmenso mar que también viste a Riohacha, la capital de La Guajira.