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La pluma dorada en esta ocasión, plasma la hoja en blanco, con la tinta fina del pensamiento, inspirada en un municipio que lleva por nombre ancestral, Ichitki, a la que el tiempo, la exploración de muchos generales en el territorio colombiano, por orden de su presidente en aquel pasado, Alfonso López Pumarejo, quien envió a estas sagradas tierras indígenas, en 1935 al capitán manizalita, Eduardo Londoño Villegas, quien al llegar a este territorio, pudo verla coronada de perla, con su frente en alto, por la que decidió habitarla y conocer más a su hermosa población y darle el nombre administrativo de Uribía, La Guajira, en honor al caudillo liberal Rafael Uribe Uribe, lo que fue aprobado por el jefe de Estado, que en su deseo de la integración nacional, la nombró capital indígena de Colombia, acelerando su civilización, creando en su centro la plaza Colombia, con el busto del hombre de las leyes, general Francisco de Paula Santander, y un elegante obelisco, dedicado a mantener, a la altura de veinte metros, como el pabellón colombiano, de la plaza, que tenía forma octogonal, de la que se formaron ocho modernas avenidas, con nombres como: Alfonso López, Bolívar, Rondón, Bogotá, La Marina, Colombia, Luis Eduardo Villegas, Ismael García.
Todo se fue dando para la hermosa Uribia, que fue organizada, respetando su cultura, sus costumbres, lo que permitió a los generales contar con la aprobación de sus caciques y líderes.
Desde ese 1 de marzo de 1935, sus hijos propios y adoptados se visten de blanco lino, para celebrar ante mareiwa, en la iglesia María Inmaculada Concepción piden a éste, los mantenga en la esencia misma de su territorio, donde sus mujeres puedan seguir tejiendo la historia en cada punzada de sus coloridas mochilas, cuando sus mantas danzan, al son de la brisas de su mar, al mismo tiempo que entonan su himno y flamea su bandera, cuando suena la campana, anunciando la bendición de una tierra, que aún sigue siendo objeto de interés, en cada espacio de su territorio, ahora por las empresas eólicas que se instalan en ella, para generar sus riquezas y llevar desarrollo a su territorio y familias, los uribieros esperan que así, como los generales que la fundaron, también respeten sus tradiciones, sus costumbres, estas empresas compartan con las comunidades esas riquezas, que no esquiven la historia, la realidad de las comunidades por donde pasan, que no valgan más las asociaciones que hoy irrespetan a las autoridades, creando comunidades sobre otras, que trabajen, pensando en no dañar lo que el fundador de Uribia y el presidente López no quisieron dañar, sino que llegaron a fortalecer lo propio y no a imponer sus intereses, ni la de ninguna fundación o asociación chupasangre que se han creado y se confabulan desde asuntos indígenas, para causar división ilegal, guerras entre familias, que en estos 85 años , en la que la tierra del sol estrena alcalde, un joven, preparado, hijo de padres ejemplares, haya llegado a equilibrar al municipio, a ajustar y hacer valer la historia ancestral y acabar con los interés y malas acciones de muchos que aprovechan las desventajas para actuar con trampa, Uribia merece un progreso de verdad, aún a organización y reajuste cultural ancestral, territorial, que podamos hoy ante su patrona, ante mareiwa y la historia, poder tener un 87 años con más desarrollo, más competencia, más oportunidades, que nos unamos a celebrar aportando desde lo que somos y desde lo que soñamos para un mejor 88 años.
Feliz cumpleaños tierra del sol, tierra ancestral, tierra de coloridos sueños, que se hilan en el corazón de todos los uribieros.