Este título que le he puesto a esta columna es sugestivo de partida, de irse de un lugar para otro. Pero no, no es ese tipo de ida. Es una expresión muy utilizada en lo empresarial o en otras dimensiones de la vida de las personas cuando, por ejemplo, y entro en modo descripción, “como cuando en un ámbito están muchos haciendo lo mismo, hay uno que por sus competencias, facultades, disciplina y talento muestra mejor producto, muestra avances competitivos que lo hacen sobresalir y por lo tanto, es el que se distingue entre sus pares.
Ya con estas analogías, ahora si voy a referirme como se fue Silvestre.
Han estado en benéfica, retadora y “sana competencia” los mejores intérpretes de la música vallenata tradicional y otras variedades existentes en este género ya, mostrando su talento creaciones, atributos y dotes artísticos y naturales. Por estas características, quienes seguimos y apreciamos esas virtudes y los productos de su profesional trabajo, también tomamos partido, y desde lo más recóndito del corazón y desde el punto en el cerebro de los gustos musicales, hacemos fuerzas, generalmente por todos esos buenos cultores, pero por uno más que por otros.
Por la pandemia se dio lo inesperado: suspensión de los eventos donde nuestros artistas hacían su trabajo permanentemente: festivales, fiestas patronales, fiestas privadas, conciertos en grandes escenarios, etc, etc. Esto, en mi criterio, les daba o dejaba poco tiempo para revisar frecuentemente sus formatos, sus repertorios, puestas en escena, estética de sus escenarios. Después de contrato firmado la rutina era: contratar el transporte, definir cuál uniforme, pendiente que el empresario contratara un buen sonido y cualquier otro detalle rutinario, y pare de contar.
En medio de la pandemia, haciendo caso a los términos lingüístico más usados durante este año, como son reinventarse y resiliencia, algunos “managers” y líderes de esas agrupaciones, buscaban cumplir con eso y es cuando nuevos empresarios del sector músico-artístico surgen: los creadores de espectáculos on-line, llámese Caja de Música, Passline, etc. Mejor dicho, la tecnología abre una puerta. Y es así como se da los “primeros en vivo”, o sea presentaciones para emisión virtual en las cuales mediante un enlace usted desde su teléfono celular o computador se conecta y se acomoda en su casa a disfrutarlo. Bueno, y en otros sitios también, a pesar de las limitaciones para aglomeraciones.
He estado siguiéndolos desde el primero creo yo. No voy a dar nombres.
Por obvias razones, la innovación tecnológica, la creatividad para construcción de formato, de escenarios y contar con camarógrafos y luminotécnicos eficientes, no fue el fuerte de los empresarios. Digo obvias razones porque no teníamos experiencia pero no podemos negar, que también por no ponernos a diseñar, pensar, estudiar antes de “lanzarnos al agua” con la nueva realidad del espectáculo.
Es por eso que a estas alturas de la pandemia, en lo musical respecto a nuestra música, ya hay lista de los mejores espectáculos y de los peores; hay lista de las actuaciones de nuestros artistas calificándoles sus actuaciones, donde muchos veteranos y muchos jóvenes salen trasquilados.
Silvestre Dangond Corrales, quizás revisando todo lo recorrido en materia de estos espectáculos con nuestros artistas de la música vallenata, mostró un trabajo empresarial, artistico-musical, escenográfico, creativo con la precisa decisión de irse al río Guatapurí, y, además de mostrarnos su talento, versatilidad y ponernos frente a un evento de talla mundial, entró en franca defensa del río Guatapurí, la insignia hídrica de la Sierra Nevada de Santa Marta, de Valledupar, del Festival de la Leyenda Vallenata y de muchos compositores.
Vivimos una noche de reinvención, una noche de un artista que su órbita está para hacer un cipote espectáculo en la caseta Hamaca Grande de Urumita. Lo del río Guatapurí fue un escenario que arquitectónica y escenográficamente fue de mucha altura técnica y tecnológica y un espectáculo sin igual hasta ahora.
Por todo esto, se fue Silvestre. Hoy con las primeras noticias post-concierto, el escenario, el entorno del río, porque era de esperarse, se acercó mucha gente, ese espacio estaba ambientalmente impecable. Por esto, y además por su causa ambientalista, por eso ¡se fue Silvestre!