En la Capital Mundial de Vallenato, a la que también llaman ciudad de los Santos Reyes, o Valle del Cacique Upar, Valledupar, capital del departamento del Cesar, nace este avezado, aguerrido, y batallador acordeonero, quien es fruto de una humilde pero trabajadora familia conformada por Roberto Geles e Hilda Suárez.
Su nacimiento ocurrió el 15 de febrero de 1967; cuenta con cuatro hermanos de padre y madre: Juan Manuel, Naiduth, Amalia y Janer, de padre tres: Zuly, Jeison, y Esneider.
Su esposa lleva por nombre Maren García; sus hijos son su adoración, ellos son: Daniel, José Mario, Isabella, José Juan, y Omar.
Su infancia transcurrió en la ciudad que lo vio nacer, Valledupar, en el barrio 12 de Octubre, aunque ya grandecito se muda junto a su familia para el barrio vecino Simón Bolívar, a los tres años su padre llegó a su casa con dos regalos emocionado, a su hermano Juan Manuel le entregó un acordeón y a Omar un tambor, aunque se quedó callado, él en verdad quería era el acordeón, añoraba aquel instrumento, gracias a Dios no necesitó hacer mucho esfuerzo para obtenerlo, pues a los pocos días, su hermano mayor dejó tirado el instrumento y lo tomó enseguida, recuerda que a las pocas horas de estarlo curioseando pudo sacar la melodía de la canción de Juancho Polo: ‘Lucero Espiritual’, que hiciera éxito Diomedes Díaz al lado de Juancho Rois.
Su infancia fue trabajosa, con mucha austeridad, a su madre le tocó hasta lavar ropa ajena, la separación con su compañero le dio muy duro, pero sacó adelante a sus hijos, quienes la adoran, hoy día la cuidan y protegen como a una reina, es la consentida de Omar, a pesar de que los dejó solos, cada vez que tiene oportunidad habla muy bonito de su padre, los dos han sido musa para componer Omar: ‘Los caminos de la vida’, e ‘Historia’, son dos hermosas canciones muy escuchadas en la exitosa carrera musical de Geles Suárez, inspiradas en sus adorados progenitores.
Cuenta que inició a trabajar desde muy niño, el acordeón, que representó para él una bendición, lo aprendió a tocar desde chiquito, y con amigos y conocidos salía a tocar, algunas veces le pagaban, otras no, cuando llegaba a la casa su mamá lo esculcaba muy bien y la platica que traía la tomaba, pues era una época de muchísimas necesidades y había que satisfacerlas.
La pobreza reinaba en su hogar, pero algo le decía que de ella saldría y así fue, el instrumento del acordeón fue la herramienta para salir adelante, de repente en el año 1986 descubre que puede hacer versos y nace uno de los compositores más fecundos del folclor vallenato.
Su primera canción se llamó ‘Te esperaré’, lo inspiró una herida grande que sufrió su corazón, pues a su novia la mandaron para el extranjero, sin poder hacer nada por impedirlo. Se desahogó con esta composición que grabara con Miguel Morales y que se convirtió en un verdadero suceso musical, se pegó y todavía se escucha, dice Omar que de la mano de Dios ha ido esquivando obstáculos, superándose, es una persona muy creyente y cada vez que le sucede o le cuentan algo relevante lo convierte en canción.
No tiene hora para componer y hasta durmiendo muchas veces le llega la musa y se levanta a escribir o a grabar, para evitar que se vaya, desde que se consolidó como compositor, su carrera ha sido ascendente, triunfadora, todos los años pega cinco y hasta más canciones, tanto así que es uno de los compositores que más veces ha sido declarado Compositor del Año. Algunas veces grabadas por él y su conjunto y otras por los intérpretes de mayor trayectoria en el folclor vallenato.
Su canción más escuchada y que cuenta con 35 versiones diferentes, se llama ‘Los caminos de la vida’, la grabó junto a su agrupación Los Diablitos, con la voz del desaparecido Jesús Manuel Estrada, los versados del folclor vallenato aseguran que esta inspiración y ‘La gota fría’ de Emiliano Zuleta Baquero, son las dos canciones vallenatas de mayor aceptación a nivel mundial y las más sonadas.
Escultura en cera
El 23 de marzo del 2023 en la plaza del barrio 12 de Octubre, la Gobernación del Cesar develó la figura escultórica de este triunfador acordeonero, compositor y ahora cantante vallenato, el acto ha generado polémica en el común de la gente y hasta dentro de la Fundación del Festival, debido a que se discute si el Gobierno departamental tiene o no potestad para declarar por decreto a los nuevos juglares de la música vallenata.
La Gobernación argumenta que por su aporte a la música, por su destreza en la interpretación del acordeón, por su fructífera faceta de compositor, por su versatilidad como cantante, por haber llevado este género musical a todos los rincones del mundo, es un valioso miembro de nuestro patrimonio cultural que merece el reconocimiento como excepcional artista y como nuevo juglar de nuestro folclor.
Efraín “El Mono” Quintero, quien ostenta la investidura de vicepresidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, entidad que lleva las riendas del Festival Vallenato, no está de acuerdo con la denominación de juglar para Omar, quien debe tomar esa decisión debe ser un organismo responsable y conocedor del tema.
El historiador, escritor y compositor vallenato, Julio Oñate Martínez, asegura que este término de juglar se adaptó desde 1970 para hacer referencia a los personajes que viajaban cantando e informando los sucesos que conocían en sus caminatas.
Es decir, aquellos que a lomo de burro, o bestias llevaban su música entre las poblaciones del Magdalena Grande. Queda abierta la discusión, pues si al grandioso compositor Omar Geles Suárez se le puede catalogar o no juglar moderno del folclor vallenato.