Para castigar al faraón, Dios mandó una serie de plagas para doblegar la voluntad del monarca. El Nilo se convirtió en sangre. Miles de ranas cubrieron la tierra, seguidas de mosquitos y moscas. El granizo diezmó los campos y destruyó la cosecha; y las langostas acabaron con lo poco que quedó.
Devolver las regalías para el Departamento, situación que no está en las manos de las autoridades departamentales, ni municipales, no fueron ellos quienes decidieron recortar el manejo directo de estos recursos, fue una decisión del Gobierno central, sin cancelar la deuda social histórica que tiene con La Guajira.
Hay protestas de todos los colores y sabores de todo tipo de causas: falta de energía, atracos en las vías, falta de transporte escolar, escasez de agua, estamos batiendo récord; En el 2024 se registraron más de 210 bloqueos en las carreteras de La Guajira y 250 en la línea férrea del Cerrejón, lo que representa un aumento del 103% en comparación con las protestas del 2023.
Se han cerrado vías hasta por problemas de convivencia entre vecinos, desnaturalizando el sentido de la protesta, se ha atentado contra la línea férrea del Cerrejón, En 2024, el Tren del Agua de Cerrejón cumplió 10 años y el programa de apoyo, entregó 57.284.500 millones de litros de agua potable a 154 comunidades vecinas.
Estamos golpeando el turismo, el comercio, el empleo, la imagen y la tranquilidad colectiva entre otros; insólito lo que estamos alejando; llegaron dos cruceros de lujo con más de 150 turistas, al escuchar de la magia de las comunidades indígenas vecinas a las playas del Cabo de la Vela. La Guajira llegó por primera vez a una de las ferias más importantes de turismo del mundo, La Feria Internacional de Turismo (Fitur) en España; se está impulsando el desarrollo de la región y dar a conocer nuestra riqueza cultural, ¿quién entiende?
Vemos perplejos cómo se aumentan los casos de atracos en las vías del Departamento, que constantemente han estado azotadas por la criminalidad que exige a los conductores el pago de sumas de dinero y hasta la entrega de sus objetos de valor para que no sean maltratados o asesinados. La inseguridad en el país está desbordada y nosotros en La Guajira, no escapamos de estos actos delictivos que atentan contra la tranquilidad de las personas que se transportan por nuestro territorio, bien sea por turismo, negocios o porque deben visitar a un familiar o amigo.
Somos un Departamento con el mayor número de personas viviendo en situación de pobreza y de miseria sin acceso a agua potable. Esto no se debe a la falta de plata, pues el Departamento ha recibido mucha, sino a la debilidad institucional y a la corrupción que ha desviado los cuantiosos recursos de regalías que ha recibido y así sin garantías de un buen manejo sin un argumento se protesta para que se devuelvan.
En una publicación de ‘Portafolio’ se anota que lo peor es la impunidad sistemática; según la Secretaría de Transparencia de la Presidencia, entre 2010 y 2023 se presentaron en el Departamento 922 delitos contra la administración pública y solo en el 16 por ciento de los casos hubo capturas; en un 2% se dictaron condenas, y las imputaciones fueron del 24 %. Lo más triste o no sé cómo expresarlo; si acá llueve por allá no escampa; fue descubierto uno de los más grandes escándalos de corrupción y fue diseñado ni más ni menos que en la fría Bogotá desde las entrañas del alto Gobierno. Lo que se prometió como una solución al desabastecimiento de agua en La Guajira, se convirtió en un negocio oscuro, plagado de irregularidades y corrupción.
Cuántos faraones estarán por detrás de estas protestas y cuántos monarcas con altos cargos de manejo del Gobierno del cambio se están aprovechando para empobrecer más a La Guajira, ¿será que nos están mandando el complemento de las 7 plagas?
Se imaginan ustedes La Guajira, ¿sin turistas y sin Cerrejón? La sensatez, se puede medir en las actividades desarrolladas con el fin de promover una toma de decisiones sensatas, para producir cambios significativos en la calidad de las respuestas que esperamos todos, así como en la cantidad y calidad de los argumentos que aporten, argumentos válidos para justificar por qué reclamábamos. No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, no matemos a la gallina de los huevos de oro, las respuestas no están en el Palacio de La Marina, ni en las alcaldías municipales; toquen la puerta en La Casa de Nariño.