Los nacimientos en Colombia han disminuido casi un 50% en los últimos 10 años. En los últimos días se habla mucho sobre las nuevas tendencias a la hora de casarse y formar una familia, pues se han comenzado a establecer nuevas costumbres alentadas por diferentes posturas que han hecho que cada vez más las nuevas generaciones eviten tener hijos. La tasa de natalidad se encuentra negativamente relacionada con el nivel de ingresos. El nivel de educación y, en consecuencia, el de capital humano está positivamente relacionado con el nivel de ingresos de los padres.
A la juventud fértil de hoy se les hace difícil criar un hijo, las posibilidades de viajar más seguido y sin angustias, consideran que les causaría no hacerlo si se comprometen en tener familia, el complicado panorama en cuanto a cuestiones sociales, políticas y ambientales; la posibilidad de llenar ese vacío con una mascota como un perro o un gato, es más común hoy; están son algunas de las razones que muchas personas tienen en cuenta y que hacen que los nuevos matrimonios o uniones entre dos personas no tengan entre sus planes el ser padres, algo que era muy común en el pasado. Para el 2.014 dos departamentos costeños tuvieron este comportamiento en 10 años, Atlántico: 42.795 con nacimientos y Bolívar: 37.023, en el 2.024 Atlántico 25.371, Bolívar con 20.708 nacimientos.
Entre otras razones más comunes, que influyen en la reducción de la tasa de natalidad, se encuentran el cambio en las prioridades sociales, con más personas postergando la maternidad y paternidad, así como el aumento en la inestabilidad económica y la incertidumbre social. Menos nacimientos, más vasectomías es común hoy que un hombre, la mayoría superan los 40 años esperen un turno para entrar a una sala quirúrgica para realizarse una vasectomía. “Mientras esperaban, se rompe el silencio y confiesan qué estaban allí, porque ya tenían un hijo y no querían más” y que decir de la juventud.
Dicen los psicólogos que las mujeres que no tienen hijos e incluso, no tienen parejas son las más felices, pueden dedicar mayor tiempo de sus vidas a ellas mismas, siendo mucho más sanas en la medida en que tienen más tiempo para dedicarse al cuidado de su belleza y su salud; muchas mujeres que han tomado la decisión de no ser madres. algunas por motivos que se remontan a su niñez, otras no quieren responsabilidades, y otras no quiere tener la obligación de cumplir estándares ni ser calificada como buena o mala madre.
Parte de la canasta familiar en las nuevas generaciones es tener en el baúl de su carro siempre una maleta con ropa, un cepillo de dientes, crema dental, vestido de baño, sandalias y bloqueador. Porque siempre está listos para cualquier viaje repentino que se les presente. Para ellos es importante tener una pareja estable, pero a la hora de tener hijos y no ha llegado la o el indicado, no quieren, tenerlos con cualquiera, le temen que llegue luego un divorcio y con él las típicas peleas por dinero y por los hijos.
Estos escenarios ilustran las razones de esta tendencia en aumento y está por verse si la tendencia en Colombia sigue creciendo, tras haberse interrumpido con la pandemia. Las cifras del Dane de los próximos años revelarán si la curva se retoma y en ese caso, el análisis de las causas y las implicaciones sigue siendo, en nuestro país, una tarea pendiente y en mediano y largo plazo nos enfrentaremos a un país con una población envejecida.
La soledad, falta de atención y abandono son los problemas que enfrentaremos en la mayoría de nuestros viejitos en Colombia. Esta situación se agudizará, según el Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe), con el hecho de que antes del 2021, en el país habrá una persona mayor de 60 años por cada dos adolescentes, y que las condiciones para atenderlos de manera integral serán deficitarias. En Colombia hay más de 19.000 personas con más de 100 años. Hay cerca de 9 millones de personas que tienen 65 años, lo que generará una transición que va a ser de las más rápidas que se va a dar en nuestra sociedad, lo que obliga a los gobernantes de la nación, departamentos y municipios a la construcción de una política pública sobre la longevidad.
Muchas cosas pueden suceder. La baja tasa de natalidad afecta diferentes ámbitos económicos, generando diferentes acciones como el bajo consumo de productos y servicios, la debilidad masiva en la fuerza laboral joven, la disminución en mediana escala de estudiantes causando despidos masivos de profesores enfocados en la primera infancia porque no va a ver a quien educar es uno de muchos ejemplos, entre otras consecuencias. En conclusión, podría haber una escasez de trabajadores para sustentar a la generación de más edad.