Villanueva siempre ha tenido personajes que le han dado lustre a la tierra bella. Uno de ellos es José Galo Torres Torres, el hijo de los siempre recordados Honorio y Esperanza Torres, figuras cimeras de este municipio que como otros patriarcas influyeron en la responsabilidad y en la inculcación de valores a sus hijos y a todos los que tuvieron amistad con ellos. De esos buenos valores con principios morales, nació el amigo Galo Torres, como es conocido cariñosamente en Villanueva y en toda la región.
Su recorrido en su vida clara y cristalina ha estado marcado por la buena estrella que lo acompaña, prodigando amor en los dos hogares que ha tenido con responsabilidad y esmero, producto de ello es que sus seis hijos le retribuyen con el mismo amor de lo que su padre les ha enseñado y les ha inculcado. De eso puedo dar fe, de lo responsable que ha sido Galo Torres con sus hijos. El pasado lunes 26 de agosto su señora María Teresa Mendoza y sus hijos, siempre lo tienen presente en su cumpleaños y sus 86 años de existencia más.
Las palabras de Lina siempre son recordadas cuando llegó a los 80, de gran reflexión: “Lo más importante es el amor, es la unión familiar, los títulos, las riquezas y los honores son vanos. Nosotros sus hijos y María ‘Tere’ queremos a nuestro padre, porque esto es lo que nos ha enseñado desde que nacimos y su responsabilidad con nosotros para que fuéramos unos profesionales, nunca tendremos como pagarle”. Y así también lo acata su hija Rina.
Galo Torres ha hecho de su vida, su mejor profesión. Por más de 10 años laboró en la región de Casacará, departamento del Cesar, con la viuda de ‘Juancho’ Dangond, Susana Echavarría y gracias a su responsabilidad y transparencia se ganó su confianza y su cariño. En esa finca hizo amistad con los hermanos Ezequiel y Ramiro Dávila Dangond, amistad que continúa vigente como el primer día. Galo Torres siempre ha sido un amigo incondicional. En el recorrido de su vida también ha sido un brillante jugador de billar, en su juventud se hacía 200 carambolas, hoy a sus 86 ya no hace tantas, pero en sus recuerdos no olvida el buen jugador de billar que fue. También ha sido un gallero excepcional, sus gallos los cuidaba con esmero y siempre ganaban.
Los 86 de Galo Torres, siempre serán recordados por la felicidad de él, de su familia, de sus amigos, de la energía buena que trasmite en todos los rincones de su casa todos los lunes 26 de agosto. Dios te bendiga siempre mi buen amigo.