El Festival como ya es costumbre fue transmitido por el canal regional Telecaribe, y entre los miles de conocedores de la música vallenata, que tuvieron la oportunidad de observar la transmisión, fueron muchos los que quedaron inconformes con las presentaciones de los participantes, con la aplicación de las reglas y cumplimiento de los parámetros del certamen.
En esta misma columna dijimos la semana anterior que en el reglamento del festival le estaba expresamente prohibido a los concursantes interpretar otro tipo de aires o ritmos distintos a los tradicionales paseo, merengue, puya y son, y que, si bien el formato del concurso permite instrumentos como guitarra, bajo, congas ybatería, ello no implica que se dejen de acatar los parámetros de todo concurso, y especialmente,porque se trata de un festival de música vallenata.
Los amigos conocedores de vallenato que tengo regados a lo largo y ancho del País no dudaron en llamarme tan pronto iniciaron las presentaciones,además de lanzar su voz de protesta en las redes sociales. Algunos me cuentan que apagaron el televisor tan pronto observaron como las agrupaciones participantes transgredían las normas del evento, en el queparecían más unos artistas invitados a un show, que concursantes de un festival.
No podemos desconocer que el Festival Francisco El Hombre nació como una vitrina de los prospectos y las nuevas agrupaciones que irrumpen en el ámbito comercial del vallenato, pero ello no implica que, si se tienen unas reglas y parámetros, estos sean para ‘pasárselos por la faja’.
Para concretar,la regla que más se transgredió es la de los aires vallenatos. ¿Quién puede afirmar que canciones como ‘La mini mini’, del Joe Arroyo es un paseo vallenato?; u otra con el nombre de ‘Tú eres la chacha’, encaja entre alguno de los cuatro airesvernáculos; pero lo más triste es que el jurado en vez de descalificar a quienes no cumplían con los parámetros, les aumentaba la calificación, y fueron estos precisamente quienes se llevaron los premios.
Mi gran amigo Euro Amaya, un guajiro estudioso de nuestra música, fue uno de los más iracundos críticos del concurso musical, y me manifestó: “Compadre, yo apagué el televisor en vez de seguir viendo a esos payasos”.
Vengo haciéndole seguimiento constante a este festival, y definitivamente creo que sus organizadores deben hacer un alto en el camino, definir claramente a qué le apuntan y cuáles reglas establecer para hacerlas cumplir.
Colofón: Estamos adelantando un trabajo de campo para concluir la investigación que nos llevará a encontrar cuántos músicos han nacido en el municipio de El Paso y el corregimiento de La Loma, Cesar, a partir de la creación de los festivales Pedazo de Acordeón y Samuel Martínez. Pronto les tendremos resultados.