En charla sostenida con el patriarca liberal, intelectual de los mejores que ha tenido Villanueva, el ingeniero agrónomo Sabas Silvestre Socarrás, el hijo de Silvestre Dangond Daza, hermano del legendario ‘Tite’ Socarrás y nieto del general Sabas Silvestre Socarrás Baleta, no deja uno de sorprenderse de esa capacidad para discernir sobre el presente y futuro del municipio sureño.
Las palabras salen como encanto de esa memoria prodigiosa que ni sus 90 años, es óbice para demostrar tanta sapiencia y sabiduría. En Sabas Socarrás se combinan varias esencias de su personalidad: la clase y elegancia de su padre el ‘Mono’ Dangond, la acuciosidad y el olfato de un estratega como el general Socarrás, lo enamorado de la vida y sus ocurrencias, heredadas de su hermano a quien inmortalizó el maestro Rafael Escalona y la humildad de su madre, la inolvidable Evarista Socarrás, de todo ello surgió esta columna para mis queridos lectores.
El crecimiento de Villanueva ha sido geométrico y no vegetativo. Este crecimiento ha crecido de manera ascendente y en ello los componentes del desarrollo han estado intercomunicados para producir el cortocircuito de ese desarrollo, claro, pero ha sido un desarrollo incógnito, porque no es visible, se encuentra repartido en toda su área urbana. Este desarrollo ha venido caminando por inercia socio-económica. Desarrollo este que no se ha quedado estático, al contrario cada día es más dinámico, como en efecto está sucediendo.
Villanueva genera ingresos por todos sus puntos cardinales. Cuenta con 480 empleados en Cerrejón, entre directos e indirectos. De igual manera, Drumond en el departamento del Cesar, laboran 115 empleados, entre funcionarios directos y contratistas; en el plano educativo Villanueva cuenta con 110 docentes, lo que genera ingresos indelebles en el municipio, activando permanentemente su economía no cíclica. Así también en el sector agropecuario, existen 330 nuevos pequeños propietarios, producto de la Reforma Agraria que se realizó entre los años de 1995 y 1998, donde el suscrito como gerente regional, cambió al municipio de latifundista a minifundista. Se producen de todo lo anterior 50 mil toneladas anuales de yuca, siendo su principal mercado la ciudad de Valledupar. El inventario del hato ganadero está por encima de las 28 mil cabezas de ganado. Cuenta con más de 120 caficultores que producen año bueno, año malo, 330 mil kilos de café de la mejor calidad, café gourmet en toda su extensión.
Villanueva cuenta con 3 pisos térmicos: caliente, medio y frío, lo que la hace tan competitiva en todas las áreas agrícolas. Todo el valle de Villanueva, posee suelos aluviales, en su mayoría son suelos II. Aluvión, son lechos que se forman por decantación del material fino, como la arcilla coloidal. El nivel freático es alto. Los acuíferos existentes, son de alta proporción, de allí que a los 10 metros sale agua de la mejor calidad. Posee un microclima. El DM pluvial está en 1.600 milímetros al año.
Retomando el concepto del desarrollo incógnito, en Villanueva existen hoy más de 130 construcciones nuevas, así como en ejecución más de 300 proyectos de mejoras de viviendas. Existen cerca de 480 mototaxis, lo que también genera empleos directos e indirectos. También cuenta con 4 empresas de transporte intermunicipales, legalmente constituidas. El ambiente es cordillerano, por ello la migración de gente del interior del país ha sido cada día más grande y ellos han contribuido al desarrollo del municipio. Una de las mayores corrientes migratorias después de Riohacha y Maicao, la presenta Villanueva.
Por todo lo anterior, Villanueva es hoy capital de una pequeña área metropolitana de El Molino, Urumita y La Jagua del Pilar, convirtiéndose en un polo de desarrollo, cimentado en la Universidad de La Guajira con su extensión presente en el municipio y el frigorífico que se ha convertido en el centro de sacrificio de un área que va más allá de Codazzi, como el único que opera bajo los controles del Invima, es decir, el único autorizado en materia sanitaria en toda la región. Vista así las cosas, Villanueva es pujante, que con mayores inversiones del Gobierno nacional y departamental se convertirá en punta de lanza del desarrollo de La Guajira.