Durante su intervención en el Congreso de Fenalco, el presidente de Promigas, Juan Manuel Rojas, lanzó una advertencia sobre la delicada situación energética que atraviesa Colombia, señalando que el país está trabajando «al límite» en términos de infraestructura energética, portuaria y vial, sin margen de error ni reservas.
«Se nos ha vuelto habitual trabajar al límite, y eso es perjudicial para cualquier economía», afirmó Rojas, quien expresó su preocupación por la falta de reservas energéticas, lo que limita la capacidad del país para enfrentar imprevistos. Desde 2016, Colombia ha tenido que importar gas para mitigar el impacto del Fenómeno de El Niño, pero a partir de 2025, esas importaciones se extenderán a usos no térmicos.
El presidente de Promigas mencionó que esta dependencia de importaciones se prolongará hasta 2029 o 2030, cuando se espera la entrada en operación de nuevos proyectos gasíferos en el país. Durante ese tiempo, advirtió, Colombia seguirá dependiendo de fuentes externas de gas, lo que expone a la economía nacional a la volatilidad de los precios internacionales.
Rojas también criticó que el país esté operando su infraestructura energética, redes de transmisión y transporte sin margen de reserva, lo que afecta la competitividad de la industria y el comercio, y reduce los ingresos de los hogares. Recordó que el 70% de los colombianos, pertenecientes a los estratos 1, 2 y 3, son consumidores de gas, por lo que la dependencia del gas importado no debería ser una estrategia a largo plazo para el país.
El alto ejecutivo reflexionó sobre la necesidad de contar con reglas de juego estables para garantizar inversiones en el sector energético. «Creemos que estamos en crisis solo cuando hay racionamiento, pero ya estamos en crisis. Nos faltan las moléculas», concluyó Rojas, destacando que el país ha logrado evitar apagones gracias a la resiliencia del sector, pero advirtiendo que no se puede seguir jugando con la infraestructura al límite.