En la vereda Ricaurte, municipio de Páez, Cauca, más de 200 estudiantes quedaron atrapados en medio de enfrentamientos entre disidencias de las Farc y el ELN, quienes luchan por el control territorial. Las autoridades indígenas denunciaron que los combates ponen en grave riesgo la vida de los niños y la población civil.
Ante la gravedad de la situación, se ordenó la suspensión indefinida de las clases en la Institución Técnica Agropecuaria de Ricaurte, y las autoridades indígenas convocaron una asamblea permanente.
En un comunicado, la Asociación de Autoridades Ancestrales Territoriales Nasa expresó su preocupación: «Las confrontaciones iniciaron dejando en medio del fuego cruzado a estudiantes y población en general, generando un alto riesgo para los mismos. Alertamos a la comunidad para activar las medidas de autoprotección individual y colectiva. Es inadmisible que estos hechos se presenten en nuestro territorio, por lo cual instamos a los grupos armados ilegales a respetar la vida de la población civil según los parámetros establecidos en el DIH»
El Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) también pidió al Gobierno una intervención urgente ante la crisis humanitaria que afecta a más de 1.400 personas, ahora en confinamiento. Además del temor por los combates, las familias enfrentan la posibilidad de desabastecimiento de alimentos.
La violencia en Cauca no se limita a Páez; horas antes de esta denuncia, se reportaron hostigamientos a la Fuerza Pública en los municipios de Silvia y Toribío, evidenciando la tensa situación que vive esta región del país, donde la población civil se encuentra atrapada entre los constantes enfrentamientos armados.
Las comunidades indígenas exigen respeto por sus vidas y su territorio, conforme a las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH).