En medio del acelerado cambio climático que atenta en contra de la supervivencia de los pueblos, las consecuencias del fenómeno de ‘la Niña’, la lucha mundial por el control de los recursos hídricos así como la escasez de agua que viven muchas regiones del país y de la cual La Guajira no es la excepción, encontramos que el río Villanueva se viene muriendo lentamente en medio de la tramitología que requiere poner al servicio su Plan de ordenación y manejo de cuencas hidrográficas, Pomcas.
“Las comparaciones son odiosas”, dice un dicho popular, para decir que nosotros tenemos la creencia que quienes estuvieron en el pasado al frente Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Medio Ambiente –Inderena– quisieron más al río Villanueva que las autoridades ambientales de hoy, porque allí estaba un equipo que enfocó su administración a la conservación de las cuencas hidrográficas del Departamento y con la dirección de ese entonces de Augusto Orsini Cuadrado, él mismo estuvo liderando diferentes cruzadas, asociaciones y fundaciones en favor de los afluentes. Hoy no sabemos en qué consisten las políticas ambientales, pero solo podemos decir que nos genera una sensación de abandono.
En la misma línea de percepción y de lógico todo cambiará cuando se demuestre lo contrario, se encuentra el villanuevero Normando Suarez Fernández, columnista de Diario del Norte, que antes que se hiciera obligatorios los Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas, Pomca, muchos de los equipos interdisciplinarios dieron mayores resultados con la conservación de las cuencas hidrográficas, que en la actualidad que existen entidades destinadas a su conservación, pero creemos que todo rayan en la desidia.
Muchos de esos profesionales en las décadas de los 70 y los 80 hicieron un completo estudio multidisciplinario de la cuenca del río Villanueva con su respectivo plan de acción para su recuperación, entre ellos, la Asociación de Amigos del Cerro Pintao de la cual Normando Suárez Fernández hizo parte para asegurar la sostenibilidad en la implementación de las recomendaciones del estudio en referencia y neutralizar la negligencia, inacción y silencio de las autoridades ambientales de la jurisdicción municipal.
La sequía en los ríos de La Guajira cada día crece, mientras aumenta el caudal de los engorrosos trámites de la formulación del Plan de ordenamiento y manejo de las cuencas hidrográficas, Pomcas, los cuales requieren ser concertados, aprobados, ejecutados y evaluados por Corpoguajira, pero mientras estos cumplen el ciclo de trámite, los ríos de La Guajira se mueren lentamente como se muere el río Villanueva en donde no hay evidencia de la Cuenca Alta del río Cesar, ni de los Pomcas de los río Villanueva, El Molino, Mocho en Urumita y Marquesote en La Jagua del Pilar, que nacen en la Serranía de Perijá (Cerro Pintao) y son tributarios del río Cesar en el cono sur de La Guajira, sin desconocer que han sido aprobados varios Pomcas, pero no el de Villanueva.
¿Será que el alcalde de Villanueva le puede preguntar a Corpoguajira como va su plan de manejo de las cuencas hidrográficas? Esa respuesta la debe dar el alcalde.