Aunque es una propuesta muy confusa, parece que la intención del Gobierno nacional es despojar a La Guajira de la donación de 40 millones de dólares, anunciada con bombos y platillos por el gobierno de Emiratos Árabes Unidos, para construir un moderno hospital a fin de atender a la población enferma de la región.
La nueva Canciller Laura Sarabia, hizo pública la intención de pulverizar o atomizar los dineros, repartiéndolos entre varios departamentos del país, al menos, eso es lo que se entiende de un twitter, que generó reacciones de rechazo en este departamento.
Indiscutiblemente, la región requiere con urgencia un hospital de alta complejidad, para evitar el largo peregrinar de cientos de pacientes que deben ser remitidos en ambulancias para Barranquilla o Valledupar, cuando su estado reviste gravedad.
Ese fue el objeto de la donación, cuyo acto protocolario se realizó durante una ceremonia especial el sábado 24 de agosto del 2024, en la Universidad de La Guajira, en donde también se garantizó la entrega de los terrenos para levantar la gigantesca obra. En esa oportunidad, se contó con la presencia de la directora del Dapre, Laura Sarabia, quien hoy presenta una extraña propuesta, que entendemos, busca desviar los recursos.
Testigos de ese acto fueron el propio Ministro de Salud, Luis Alfonso Jaramillo, el canciller Luis Gilberto Murillo, el Embajador de Emiratos Árabes Unidos en Colombia, Mohamed Abdulla.
No entendemos cómo se podría redistribuir ese dinero, cuando ya se firmó un memorando de entendimiento para la donación de un hospital y ahora, se pretenda ‘escalar’ estos recursos con otros departamentos.
No sería extraño. Recordemos que a La Guajira llegaron 40 camiones cisternas para suplir las necesidades de agua potable en algunas zonas dispersas, y luego del monstruoso escándalo con la Unidad del Riesgo, los vehículos fueron ‘escalados’ a otros departamentos, y solo dejaron 8 para asistir a los grupos étnicos de la Alta Guajira.
Tampoco es extraño, el Gobierno nacional nos despojó de las regalías directas para beneficiar al resto de departamentos. Recordemos que a Maicao le quitaron todos los derechos de importación para convertir a Bogotá en un gigantesco ‘San Andresito apitufado’; a los proyectos de energías alternativas les retrasan las licencias ambientales; a Sirius2 se lo quieren llevar para Santa Marta.
A Cerrejón, única gran empresa que opera en el departamento, le hacen la vida imposible para que se vaya. A los wayuú de Manaure en la década de los 90s le entregaron la concesión de sal cuando ya sus instalaciones habían cumplido su vida útil.
Ojalá y la propuesta solo quede en una de las tantas ‘alocadas’ intenciones que nacen al vaivén de los emotivos y maravillosos viajes al mundo árabe que, por estos días, miembros del gabinete del presidente Gustavo Petro, realizan al Medio Oriente.