La restauración de la Casa de la Aduana y del teatro en la ciudad de Riohacha, es una causa común que debe unir al gobernador de La Guajira, Jairo Aguilar Deluque, y al alcalde Distrital, Genaro Redondo, para lograr cumplir ese sueño aplazado en la capital de La Guajira.
Las edificaciones que siguen deteriorándose con el paso del tiempo, se mantienen firmes como un llamado a la conciencia de quienes viven en Riohacha para evitar que finalmente queden en el olvido.
Tanto el teatro Aurora como la Casa de la Aduana, hacen parte de la historia de Riohacha, ellas guardan la memoria de una capital que sigue buscando su horizonte, por lo tanto, valdría la pena que por fin se lograra su restauración.
No son procesos fáciles por la alta inversión económica que se requiere, pero existen mecanismos para lograrlo solo falta voluntad política y entender que sí vale la pena apuntarle al sector cultural.
Las iniciativas se encuentran radicadas en el Ministerio de las Culturas las Artes y los Saberes, lo que se considera un importante avance para lograr la financiación.
De lograrse la restauración la capital de La Guajira tendría no solo dos espacios para el sector cultural, sino también cómo contar parte de la historia a los turistas.
El teatro Aurora es un bien cultural de carácter departamental, representa a la arquitectura Art Deco, que surgió como contrapunto a la Art Nouveau, pero es más bien una evolución de ese estilo, aderezada de Cubismo, Futurismo, Constructivismo, Racionalismo de la escuela Bauhaus e inspirada en las máquinas de la época.
En tanto, la Casa de la Aduana, fue construida por Nicolás Daníes, exportador de mercancías quien la habitó en la segunda planta junto a su familia desde el año 1.860, mientras que la primera fue destinada como su centro de negocios.
El llamado al gobernador y al alcalde es para que no desfallezcan, y sigan trabajando alrededor de esos dos proyectos para que al término de sus administraciones las inauguren, y se sientan orgullosos de no negarle a sus hijos la historia de una ciudad acogedora que tiene mucho más que contar.