Se acerca la hora de las elecciones al Senado y Cámara de Representantes, y en La Guajira son pocos los candidatos que brillan con luz propia.
Los aspirantes visibilizan sus campañas de diferentes formas, algunos de manera tradicional, otros recordando los pecados de quienes se hicieron elegir, y muy pocos expresando sus propuestas con voz propia.
Es decir, no están haciendo bien la tarea, cuando lo que se está reclamando es que la comunidad cuente con los suficientes argumentos para ejercer un voto libre e informado.
Si bien el poder económico es una demostración de ganar, que es lo que siempre el ser humano busca, no es lo ideal en un proceso electoral donde se debe privilegiar el conocimiento y la experiencia pues se trata de elegir a quienes realmente cuenten con las suficientes capacidades para defender los intereses del departamento.
Los candidatos deben esmerarse un poco más en llegar con sus propuestas al elector, y no supeditar la campaña a toda la logística que se requiere para sentirse ganadores.
Es cierto que la inversión va más allá del pago de publicidad, de transporte y alimentación, porque lamentablemente sigue haciendo carrera el pago a líderes para que mueva el elector, que es lo que se debe erradicar del proceso electoral, y eso solo se logrará en la medida que los candidatos entiendan la necesidad de conquistar el voto de opinión.
Allí está el quiebre, para lograr que la comunidad tenga claro que su voto es crucial para elegir a los mejores, pues debe primar el bien colectivo y no el particular.
En esta oportunidad, La Guajira cuenta con diferentes candidatos algunos mostrando un mayor poder electoral, y otros trabajando como hormiguitas sin muchos recursos económicos pero con una formación académica y capacidad para el cargo que muy seguramente será de gran valía para lograr el apoyo libre de quienes definitivamente le apuestan al voto informado.