La inauguración este 22 de enero de Guajira I, el parque eólico más grande del país ubicado en el Cabo de la Vela, contrasta con la protesta de tres comunidades wayuú reclamando que no fueron consultados para el montaje del proyecto en parte de su territorio, donde alzaron siete de los 10 aerogeneradores.
Esta protesta de tres comunidades wayuú, se volvió recurrente en el Departamento por unos proyectos ambiciosos que están generando divisiones internas al interior de varias familias indígenas.
En este caso, las familias afectadas impiden el tránsito de vehículos desde hace 10 días de la empresa Isagen, responsable del montaje del proyecto Guajira I, como respuesta a unas reclamaciones que tienen que ver con violación del territorio ancestral, puesto que el cementerio familiar está ubicado a escasos 500 metros de este.
Es cierto que el departamento de La Guajira aporta el 70% de toda la energía limpia y renovable del país, donde el Gobierno nacional pretende construir 16 parques eólicos para brindar electricidad a gran parte del territorio colombiano.
Algunas comunidades wayuú siguen insistiendo que no se les han garantizado unas compensaciones justas por el montaje de los parques en sus territorios, a lo que no se le ha prestado la debida atención de parte del Ministerio del Interior.
En su momento, la Procuraduría General de la Nación expresó que los proyectos de energía eólica estarían afectando los derechos colectivos de las comunidades que habitan en la zona, además a la defensa del patrimonio cultural de la nación, como también a vivir en un ambiente sano.
Para la Procuraduría, otro de los derechos vulnerados sería el de la moralidad administrativa, la participación colectiva, la consulta previa y consentimiento libre, previo e informado de las comunidades wayuú y tribales que se encuentran dentro del área de influencia de los proyectos de energía eólica.
Es entonces una situación muy compleja, porque estos grandes proyectos que de alguna manera ayudan al desarrollo económico y social de La Guajira no pueden seguir generando divisiones internas al interior de las familias wayuú.