El Santuario de Fauna y Flora ‘Los Flamencos’ es un maravilloso lugar en el cual puedes tener experiencias inolvidables, se puede ir con la familia y disfrutar del sonido de las aves, gozar de la naturaleza e interactuar con su gente amable.Visitarlo es conocer de la cultura wayuú, salir de lo habitual y entrar en una galería.
Fue declarado en 1992 Patrimonio Nacional y Cultural de Colombia y se sitúa en la península de La Guajira, en un corregimiento de Riohacha que recibe el nombre de Camarones.
El santuario tiene cuatro lagunas costeras que cubren 7.033 hectáreas, las cuales conforman una comunidad biológica principalmente compuesta de moluscos, crustáceos y peces. Dichas lagunas costeras separadas del mar por barras son: Manzanillo, Grande, Tocoromana y la Laguna del Navío Quebrado. Esta última es el escenario donde se alimentan diferentes aves.
Se trata de un estuario, una mezcla de agua dulce y salada, está conectada con el Mar Caribe y desemboca en la cuenca del rio de Camarones, que baja de la parte alta de la serranía de Tomarrazón.
La comunidad que habita el Santuario está compuesta por dos afrodescendientes: Camarones y Perico, y ocho comunidades wayuú: Loma Fresca, Chentico, Puerto Guasima, Tocoromana, Los Cocos, Palaima, Laguna Grande y Pajal, en las cuales los visitantes pueden conocer la cultura guajira.
Estas actividades se prestan para que los turistas disfruten de sus bailes típicos y perciban sus tradiciones, por tanto, turísticamente se le conoce como “tarde de ranchería”.
Este lugar se caracteriza por ser una importante zona de abastecimiento para las aves tropicales y por ser una de las zonas de la región de protección, descanso, anidación y alimentación de las mismas. Se protege y alimenta sobre todo al flamenco rosado, debido a que es una de las aves principales en el territorio, que le da el nombre al Santuario.
Cabe recalcar que en este lugar había un centro de conservación y recuperación de tortugas marinas, que inició en el año 1999 con el propósito de recuperar la población de esta especie ya que se encontraban en vía de extinción. Sin embargo en el año 2012 por medio de un decreto del Ministerio del Medio Ambiente fue cerrado porque el centro iba en contra de la misión del Santuario, ya que las tortugas se encontraban en estado de cautiverio, además el centro no le pertenecía a Parques Nacionales de Colombia, sino a la Corporación Autónoma Regional de La Guajira –Corpoguajira–.
A este sitio llegan turistas para deleitarse con los paisajes de las lagunas costeras del desierto de La Guajira, según estadísticas del Santuario ingresan 7.600 visitantes al año entre locales, del interior del país y extranjeros.
El mayor ingreso se da durante la temporada de los flamencos. En el área habitan aproximadamente de 1 hasta 12.000 miembros de esta especie, según estudios del Plan de Manejo y Conservación de los Flamencos, todo dependiendo de la época de migración.
Se realizan tres tipologías de actividades turísticas: turismo etnocultural, conocimiento de la cultura de los lugareños, recorrido de los senderos y en canoas por la principal laguna, que va de la mano del avistamiento de aves y charlas de conservación. Finalmente con la actividad de sol y playa, los visitantes vienen al servicio de los restaurantes y a disfrutar del lugar.
Flora y fauna
- La mayor parte del territorio está cubierto de mangle, encontrándose cuatro de los cincos que crecen en el Caribe colombiano: mangle negro, el blanco, el rojo y el zaragoza.
- También se localizan bosque seco como el cactus cardón, cactus gamacho y dividivi. Asimismo crecen bosque ripario o ribera como: manzanillo venenoso, olivo, platanito, pringamosa, tripita, trupillo y uvito.
- Entre las especies que habitan en el área protegida se encuentran aves como el flamenco rosado, las guacharacas, la gaviota, garza blanca, Martín pescador, pato aguja, pato cuchara, el pelícano y el tordo.
Entre los mamíferos que se destacan están el venado colorado, zorro manglero, zorro plateado, zarigüeya común, oso melero y pecarí barbiblanco; entre los felinos está el tigrillo y la osita.
La actividad pesquera en las lagunas es estacional, realizada durante los meses de mayo-junio y noviembre-febrero cuando las condiciones climáticas son favorables. Los pobladores asentados en el área y su zona de influencia se dedican principalmente a la pesca lagunar y la artesanía wayuú.
El modelo climático es bimodal con máximos entre septiembre y noviembre con algunas disminuciones sustanciales entre junio y agosto, la época de mayor sequedad se manifiesta en diciembre y febrero.
Durante la época de lluvias suben los niveles de las aguas, las lagunas se comunican con el mar y los camarones migran masivamente a su reproducción. La mejor fecha de avistamiento de flamencos rosados es a finales de abril y principio de mayo, cuando ellos encuentran la mejor oferta alimenticia.
El área protegida del Santuario viene presentando infracciones ambientales como talade árboles, manejo inadecuado de los residuos sólidos y de las aguas residuales por parte de la población camaronera y por construcción de casas no autorizadas.
«Al respecto de las construcciones no autorizadas es dependiendo el área donde se va a construir, que el material sea flexible y que hagan el mejor manejo posible de esa construcción para que no afecte la superficie”, expresó Anderson Rosado Gómez, guía turístico profesional.
Asimismo precisó que la batalla más dura que ha presentado el Santuario fue en el 2010. “Tratando de hacer sensibilización con los habitantes, ya que Jaider Curiel Choles, exalcalde fallecido de Riohacha con el periodo (2008 – 2012) ordenó que las comunidades más cercanas a la Laguna Navío Quebrado tuvieran que desalojar porque están en riesgo y vulnerabilidad por amenazas ambientales.
Con la llegada del coronavirus en el territorio colombiano, Parques Nacionales emitió un decreto que autorizaba que las áreas con convocación ecoturísticas fueran cerradas, con el objetivo de no propagar el virus. El Santuario de Fauna Flora los Flamencos no fue la excepción y las comunidades cercanas desencadenaron una crisis de desempleo en todo el gremio de restaurantes, guías locales y artesanos.
Estas personas lograron suplir sus necesidades con su día a día de pesca en la principal laguna y en el mar. Por otro lado los líderes de cada comunidad hicieron gestiones internas de recursos para poder obtener mercados para abastecer las necesidades en el momento de crisis por la pandemia.