Cuando Keny recibió la llamada que le daría un nuevo rumbo a su vida, estaba en la casa de sus papás en Maicao, La Guajira.
Ese día la agencia a la que pertenece, Gucaya Model, le notificó que debía viajar lo más pronto posible a Francia, porque las firmas de moda más importantes la querían para la Semana de la Moda de París.
Son casi las 10:00 de la noche en Europa cuando Keny Salgado enciende la cámara para hacer la videollamada. Está en un apartamento en la capital francesa donde por estos días vive con un grupo de modelos de varias partes del mundo.
En estas últimas tres semanas le ha tocado acostumbrarse a una nueva ciudad, a montar en metro, a comer otras cosas muy diferentes y a escuchar un nuevo idioma porque no sabe francés y el inglés lo comprende muy poco.
Para la Semana de la Moda de París se presentó a más de 15 casting y pasó a dos. El 26 de septiembre desfiló para la prestigiosa marca Saint Laurent en un escenario que de fondo tenía la Torre Eiffel iluminada.
Era la colección primavera-verano 2024 del diseñador Anthony Vaccarello, el mismo que cuando vio a la colombiana en los ensayos quedó flechado. Y fue tanto el encanto que la escogió para que cerrara el desfile.
Así, por todo lo alto, hizo su debut como modelo internacional. “Para el casting se presentaron unas cien chicas, uno esperaba el turno y hacía la pasarela para el director de casting. La hice y conté con la suerte de que le gusté y cuando le dije que era colombiana mucho más. Al segundo día me volvieron a llamar, ya era con Vaccarello, me pusieron el look. El tercer día el ensayo fue en el sitio del evento y ahí fue donde me enteré que iba a cerrar el desfile, no sabía, quedé de última pero yo no entendía qué significaba salir de última”, narró.
Antes de salir estaba llena de nervios. Sin embargo, contó con la suerte de que el maquillador era un dominicano y que le hablara en español la tranquilizó. Una vestuarista también fue un apoyo importante para Keny porque los aretes al principio le maltrataban y al no saber francés nadie le entendía. Fueron una tabla de salvación en ese momento. La llenaron de seguridad.
Esa noche salió con un total look negro: blusa de seda manga corta y pantalón, guantes de cuero y zapatos de punta fina. El cabello recogido. Los labios rojos. Gafas de sol y aretes dorados gigantes. Caminaba recta, elegante.
“Después de que hicimos la pasarela nos felicitaron, brindamos, todos estábamos felices. El diseñador estaba muy feliz con mi cierre. Mi celular de inmediato comenzó a explotar, todos en mi casa me pedían videollamada, parecían cuando juega la Selección Colombia que todos nos unimos para ver el partido. Que todos me vieran fue un orgullo”, recuerda.
La otra salida fue para la casa de moda Schiaparelli dos días después. Lució un traje blanco a rayas con elementos tridimensionales inspirados en la mesa de trabajo de Elsa Schiaparelli, la fundadora de la firma. Desfiló junto a la supermodelo canadiense Shalom Harlow y Kendall Jenner, una de las Kardashian, quien fue la encargada de cerrar.
“En el ensayo me tocó con Kendall, pero no la reconocí en ese momento, estaba tan nerviosa y prestando atención a los detalles para que todo saliera bien. Me di cuenta quién era a lo último cuando cerró la pasarela, porque tenía un equipo grande que le ayudaba. Ahí me di cuenta que estuve toda la tarde junto a ella y no sabía”, relata.
Keny nació hace 21 años en Maicao, La Guajira, pero desde los 17 vive en Barranquilla con su hermana mayor. Está a punto de graduarse de Ingeniera Electrónica de la Universidad de la Costa.
Continúa en París donde adelanta campañas para diferentes marcas. Su rutina por ahora transcurre entre sesiones de fotos, tres o cuatro casting al día y entrevistas. Ya aprendió a montar en metro gracias a que otra modelo, de origen chino, le explicó las rutas.
“Aquí en Europa están matados con mi cabello y mi estatura, también el carisma con el que llego a los casting”, precisa, al tiempo que recuerda que llegó al modelaje debido a que un cazatalentos de Gucaya Model le escribió por Instagram hace un año.
“Así me encontraron. Todo fue muy increíble, al principio tenía muchos nervios, porque es recibir el mensaje de un desconocido. La primera pregunta que me hizo fue que cuánto medía y que le mandara unas fotos, quedé sin saber qué pasaba”, sostiene.
Contó que para llegar a firmar con la agencia que la representa actualmente en Francia, le pidieron un video desfilando. Confesó que ese momento estaba en Maicao y una vecina le prestó los taconespara la grabación.
Además, debía desfilar dando mínimo 15 pasos, pero como la casa de los papás es muy pequeña, otra vecina le presentó un patio: Al día siguiente recibió la llamada en la que le confirmaron el viaje al continente europeo donde cumplió el sueño de convertirse en una modelo internacional.
Con información de El Colombiano