Villanueva a través de tantas acciones en su devenir histórico, ha contribuido de manera exitosa en la cultura de La Guajira, manifestada en su educación, en su música, en sus compositores, en sus acordeoneros, en sus artistas, en la pluma mágica de sus escritores, de sus profesionales ilustres, de sus servidores públicos, en fin de una masa constante y pensante traducida en la historia oral contada en tantas centurias y en la historia escrita plasmada magistralmente por sus historiadores y sus periodistas, lo que da como resultado que Villanueva es cuna de la cultura guajira, sin lugar a eufemismos y menos a fantasías de la espuma que no es material pero si etérea.
Es digna de admirar a una docente como maría del Rosario ‘Chayo’ Maldonado Verdecía, quien en cualquier tertulia sienta cátedra en prefijos y sufijos, y en lo que representa el significado de ser villanuevero como sentido de pertenencia, lo que nos identifica a través de nuestras costumbres y usos demostrados en las manifestaciones culturales en todos los órdenes. La cantera de profesionales que nos dignifica a nivel nacional, regional, departamental y municipal nos hace sentir orgulloso de ser villanueveros: Jaime Luis Lacouture Peñaloza, Carlos Mazenteh Dávila, Rodrigo Daza Cárdenas, Silvana Habib Daza, José Félix Lafaurie Rivera, Jaime Daza Almendrales, Alfonso Isaza, Gilberto Orozco Orozco, Ramón Dávila Martínez, Jorge Juan Bendeck Olivella, Luis Felipe y Fermin Ovalle Isaza, Luis Ángel Rodríguez Bolaño, Rubén Alberto Daza Amaya, Carlos Mario Isaza, Eduar Martínez, Álvaro Rodríguez Bolaño, Julio Guillermo Bula, Luis Alonso Colmenares, Leonardo Gil, Iliana Martínez Ferreira, Alberto Peralta Barros, José Jaime Vega Vence, Heine Mazenet Cabello, Carlos Celedón Dangond, Ela Mendoza Zabaleta, José Carreño Bolaño, Álvaro Montero Ovalle, Loree Daza Meza, Jorge Céspedes Ospino, Vivian Baquero Daza, Diego Alberto Baquero Altamar, José Eduardo Baquero Daza, Marlon Consuegra, Misael y Carlos Alberto Romero Dangond, Rubén Orozco Ovalle, Ugalbis Rodríguez Bolaño, María Fernanda Daza Ovalle, Margarita Mendoza, Margarita Cárdenas Cortés, Alex Calderón Bracho, entre tantos profesionales brillantes que dignifican a la tierra bella.
Villanueva se da el lujo de contar con el mejor acordeonero del mundo como lo es Israel Romero Ospino, con artistas de la talla de Jorgito Celedón, también ganador del Grammy Latino en tres oportunidades, quien cantó de manera magistral en la Casa Blanca, en la presidencia de George W. Bush, rompiendo el protocolo y pidiéndole al artista villanuevero otra interpretación vallenata y Andrés ‘El turco Gil’, quien también con Los Niños Del Vallenato interpretó un repertorio de esta música mágica en la presidencia de Bill Clinton y lo nombra en el libro escrito por el expresidente de Estados Unidos.
Aquí nacieron los hermanos Zuleta ‘Poncho’ y Emiliano, ganadores del primer Grammy Latino, quienes quedaron para la historia cuando acompañaron al Nobel García Márquez a recibir su galardón en Oslo, Noruega, en 1982.
Aquí nacieron los reyes vallenatos 1984 y 1985 Egidio Cuadrado y Orangel ‘El Pangue’ Maestre también galardonado en Rusia acompañando al cantautor también villanuevero y gloria de este pueblo Daniel Celedón Orsini.
Acá nacieron los ganadores de la canción inédita del Festival Vallenato: Luis Ángel Rodríguez Bolaño y Octavio Daza Gámez. Así como ‘Chiche’ Maestre Socarrás, Nolberto Romero Ospino, ‘Morre’ Romero, Roberto Mario Kammerer, y pare de contar.
Villanueva también es la cuna de inmarcesibles compositores de la talla de Rosendo Romero Ospino, el poeta de Villanueva, de Julio Oñate Martínez, de los mejores historiadores y escritores de la música vallenata, de ‘Beto’ Murgas Peñaloza, insigne compositor de cientos de canciones que han alegrado los corazones y hoy con su museo del acordeón en Valledupar, entre muchas más personalidades.
Villanueva es la cuna de más de 30 dinastías que le han dado gloria al folclor vallenato. La historia continuará en la próxima entrega.