Eran las nueve de una fría mañana del 25 de noviembre de 1971, cuando en el camposanto de El Molino, se escucharon tristes notas de acordeón, interpretadas por Agustín y Osmel Meriño, quienes despedían a su hermana Fabriciana Meriño Manjarrez, más conocida como “Fabri Meriño”, que había fallecido en un accidente de tránsito dos días antes.
Hace cuarenta y nueve años, el destino trágico y cruel, le tenía preparada una cita, después de cumplir con unas exitosas presentaciones en la ciudad de Medellín, acompañada por el gran Aníbal Velázquez. El bus en que se transportaba el conjunto, de regreso a la ciudad de Barranquilla , a la altura del sitio conocido como Loma de Arena, entre Cartagena y Barranquilla, sufrió un aparatoso accidente, en el que solamente perdió la vida Fabri Meriño, con apenas 19 años de edad, truncando a esta promisoria artista del vallenato.
Fabri Meriño, desde muy niña, se inició en la música, arrancándole las notas al viejo acordeón de su hermano Agustín y entonando con su bella voz, las canciones de la época. Ella no jugaba con muñecas, sino que se dedicaba al arte, le decía a su madre Francisca “Chica” Manjarrez, que su acordeón, sonaría más allá de las fronteras, porque algún día, sería más famosa que sus hermanos, lo que causaba gracia a quienes la escuchaban.
Fueron muchas las tardes primaverales y las noches cargadas de estrellas, en el Molino de antes, que disfrutábamos escuchando el magistral toque de acordeón y su risa franca y sincera de esta jovencita, que con apenas 18 años de edad, se enfrentó en 1968, a expertos juglares y acordeoneros, como lo fueron Alejo Duran, quien resultó ganador de ese primer Festival de la Leyenda Vallenata; Luis Enrique Martínez, Toño Salas, Emiliano Zuleta y Lorenzo Morales.
A Fabri, le sobrevive una hija, que solo tenía escasamente un año de nacida y la recuerda, porque la imagen de su madre, la conserva, en viejas fotos que son su tesoro más preciado y además le es referida, por los que la conocieron , en recordaciones que aún perduran entre los que compartieron con esta por siempre, ‘Reina del Vallenato’, que un día ,por estas calendas ,se marchó a la eternidad, dejando gratos momentos ,entre sus familiares y amigos y que tuvo la osadía ,de estar mano a mano con los grandes. Fabri Meriño una estrella en el cielo.