Fui testigo de la edad de oro de Barrancas. Corrían los años comprendidos entre 1988 y 2002. Barrancas, bajo el liderazgo desde ese Binomio irrepetible que conformararon José Berardinelli y José Soto, sorprendió al país por su planificación, desarrollo e importancia. Era sin lugar a dudas ‘La Meca’ de La Guajira, epicentro cultural, bastión de progreso e impulsor de la dinámica política del Departamento. Allí todo era mágico. Obras monumentales, eventos de importancia nacional, visitantes ilustres, fiestas inolvidables, voluntad de civismo, todo junto hacían de Barrancas el epicentro económico, cultural y político de La Guajira.
Luego con los periodos de Juan Francisco Gómez y Miguel Andrés Fonseca se vio como el crecimiento en infraestructura fue coherente con lo que pedía la comunidad barranquera, la inauguración del Hospital Nuestra Señora del Pilar y del Parque Recreacional de Agua Luna fueron dos megaproyectos que se vieron en un corto tiempo, la creación del Fondo de Desarrollo Empresarial de Barrancas –Fondeba–, fundamental en el apoyo al repoblamiento bovino y en las diferentes líneas de emprendimiento de la época. Sin embargo, para corroborar que todo tiempo pasado fue mejor, no supimos cuándo ni cómo, de manera imperceptible, Barrancas se fue alejando de esos nobles propósitos de otrora para dar paso a un desarrollo desorientado, donde la industria y el comercio pasaron a ser una debilidad, causando unos elevados índices de desempleo, a la falta de iniciativa y de creatividad, causas esenciales que permitieron se perdiera el liderazgo de antes para convertirse en la ciudad que lamentablemente es hoy.
A pesar de perder el rumbo de ese liderazgo comercial y político a nivel regional, Barrancas siguió creciendo. En los últimos 18 años este municipio logró la pavimentación del 80% de su malla vial, en el sector educativo fortaleció su infraestructura en su totalidad, logrando tener entre sus instituciones educativas 3 megacolegios y por supuesto no podemos olvidar las excelentes instalaciones hospitalarias, las cuales están aptas para prestar servicios de segundo nivel.
En materia de alumbrado público, Barrancas dio un paso al frente logrando hacer una reposición en su totalidad para brindar un servicio de última generación en el casco urbano y en sus principales corregimientos. Las redes eléctricas también son propiedad del municipio y está en ejecución desde 2019 la repotenciación en su totalidad por parte de la Alcaldía.
Sin embargo, la gran deuda con los habitantes es el mejoramiento de la calidad de vida, pasan y pasan los mandatarios y no han logrado optimizar sus fortalezas, este municipio muy a pesar de ser el socio con la inversión más alta en planta Metesusto, no cuenta con el servicio de agua potable las 24 horas, es realmente insólito que al día de hoy no cuente con una educación competitiva y que se hable que son uno de los indicies más bajos en calidad; y bueno, si hablamos de la atención hospitalaria, podemos afirmar que es realmente deprimente y que su difícil fiscal no brinda un futuro esperanzador ni a un largo plazo.