Siempre mantengo viva la esperanza que La Guajira sea la región que soñé y mi pueblo logre los estándares de desarrollo para andar por esa autopista, como sucedió en ese pasado glorioso, que siempre identifica a mi Villanueva del alma.
Ha sufrido en las últimas décadas muchos tropiezos, por un lado, la violencia impía que nos azotó sin clemencia, por otro lado, el mismo abandono del estado colombiano a nuestra principal fuerza motora, nuestra economía primaria, como fue el desarrollo del campo, que desde esa violencia de la década de los 90, el Gobierno nacional no ha vuelto a hacer presencia para devolver esas fortalezas que caracterizaron a este bello municipio.
Villanueva, hoy anda en la búsqueda de esos caminos que la conduzcan a esa anhelada autopista del desarrollo soñado, porque está sufriendo de un estancamiento total, en especial, en el abandono de su economía primaria.
Pienso que ese sueño que perdura en mí, será, por fin realidad para la generaciones de mis hijos y las demás que ya comenzaron a llegar, con las innovaciones que ellas aspiran desde sus propias visiones del mundo globalizado en que nos movemos y de la vida con sus propias herramientas de trabajo, cada vez más avanzadas y sofisticadas.
En mis últimas columnas he comenzado a escribir sobre estas nuevas generaciones, que serán el alma y el motor, no solo de Villanueva, sino de La Guajira entera. Si afincamos nuestra confianza y nuestra credibilidad en esas juventudes y los comprometemos a que se empoderen de la política sana y sean asertivos en ese empoderamiento de confianza que les da la comunidad, de seguro muchas cosas cambiarán para bien, para los municipios y para el mismo departamento.
Hoy traigo el nombre de Diego Alberto Baquero Altamar, un joven profesional, ingeniero industrial, de esa juventud villanuevera, de 32 años de edad felizmente casado con la abogada villanuevera Ela Marina Mendoza Zabaleta, que con el llamado de muchos jóvenes villanueveros profesionales y no profesionales, le han pedido que, gracias a su carisma, a su personalidad, a su recto proceder, coloque de nuevo su nombre en la palestra de los candidatos a la Alcaldía de Villanueva y como lo expresara un dirigente político peninsular, que la política es lo más fácil, que hay que hacer, lo que el pueblo pide y decida.
Diego Alberto está en esa tarea y hoy está posicionando su nombre con la juventud villanuevera, que como lo han expresado dirigentes de talla nacional y departamental, que los jóvenes guajiros deben tomar la decisión de meterse a la política, pero a la política sana, sin revanchismos, sin chismografía, sin zancadillas, sin malas informaciones, eso sí, posicionando su nombre de manera sana y transparente.
Y así lo está haciendo Diego Baquero con la comunidad villanuevera. En las pasadas elecciones del año 2019, el pueblo villanuevero votó por él de manera masiva, sacando 4706 votos, con una corta diferencia de 462 votos frente al ganador. Como segunda votación, hizo parte del concejo municipal y con los 6 concejales que salieron elegidos con su apoyo, lograron la mayoría en el cabildo municipal. Fue una experiencia enriquecedora en el concejo municipal, para tener mayor conocimiento de la función pública de la alcaldía. En ese cuerpo colegiado, dejó su buen nombre intacto y con una estela de gestión en el apoyo que le dieron a la administración municipal en proyectos que beneficiaban a Villanueva. Diego Baquero Altamar, en su paso por el Concejo, reafirmó su liderazgo en su grupo político, con carisma, carácter y buen compañerismo con sus colegas concejales.
Diego Baquero es un novel profesional, de las nuevas promociones villanueveras, con aspiraciones, con sueños por delante, con un extraordinario carisma, que de entrada cae muy bien. Quiere, con el apoyo de esas juventudes y del pueblo en general, construir un buen futuro para su pueblo y que dado el proceso de estancamiento en el que se encuentra su tierra natal, buscar, de manera cohesionada, con el apoyo de la experiencia de otros villanueveros, la ruta del progreso soñado, y en esas anda, posicionando desde ya, su nombre como próximo candidato de su querido pueblo.
Como lo he expresado siempre, esto solo es posible a condición de que no desertemos de nuestras ideas, pues, de otro modo, caeremos en la trampa mortal de la subrogación de designios ajenos. Porque muchas veces, en nuestro departamento, actuamos como el tuerto, que, por cojo de un ojo, sublima su visión, poniendo andar el otro más hacia el oscuro que hacia lo profundo y es cuando la luz no alumbra y así, cojo de un ojo, cree que es más útil en la oscuridad.
Lo expresaba un editorial del Diario del Norte “Temporada de Reflexión Política”: “En nuestras noches plenilunares, la dirigencia política del departamento, debe considerar esta iniciativa con detenimiento, lo debe hacer frente al apoyo que le den a los actuales precandidatos a las alcaldías y a la gobernación, apoyar a personas que por su hoja de vida y su gestión en bien de la comunidad, trabajen sin que exista la necesidad de protagonizar más escándalos de los tantos que tuvimos”.
Es hora de esa reflexión política y de darles el apoyo a las nuevas generaciones, que están pidiendo vía en la política departamental y Diego Alberto Baquero Altamar es uno de esos nuevos líderes, que con todo respeto, sin ofender a nadie, ha venido sondeando su nombre en la comunidad villanuevera y está en estos momentos liderando la intención de los votantes para la alcaldía de octubre del año 2023. Dios es nuestro guía y quien dirige nuestros pasos.