La línea abierta es una modalidad de hacer radio en nuestro pueblo que data desde mucho tiempo atrás.
Mediante estos programas de diálogos y comentarios se conecta la audiencia usando los teléfonos y los micrófonos de emisoras locales para presentar peticiones, quejas y reclamos a las empresas que prestan los servicios públicos y a los mandatarios locales.
Estos son programas de llamadas telefónicas que pretenden adelantar la gestión ciudadana sobre temas del diario acontecer en cuanto a servicios públicos domiciliarios, salud, educación, movilidad, espacio público, medio ambiente, desarrollo urbano, empleo, gobierno local y otros.
Hoy casi todos los periodistas hacen programas con línea abierta, porque es indudable que la voz de la ciudadanía y de la institucionalidad interactuando al aire, generan una gran audiencia en el público sobre temas actuales y de gran interés. Pero el fin esencial de estos programas debe ser generar cultura y conciencia ciudadana en la población.
Además de informar a la ciudadanía sobre cuáles son sus derechos y deberes como ciudadanos y el aporte y valor público con el que debe contribuir la ciudadanía para el progreso de nuestros pueblos como una verdadera agencia de desarrollo económico local. Del mismo modo, se debe informar al ciudadano cuando la circunstancia lo amerite, sobre cuál es el marco normativo de su solicitud por la línea abierta, para informar a la masa que también escucha desde barrios, corregimientos, centros poblados y veredas. Indudablemente que un ciudadano bien informado será un ciudadano ejemplar sobre sus usos y costumbres para utilizar la línea abierta, no de manera subjetiva ni apasionada ni generando división ni polarización en el pueblo.
El conductor de la línea abierta debe ser un periodista que conduce un diálogo moderado e imparcial, sin ponerse la camiseta de la ciudadanía ni de los gobiernos locales. Debe ser un excelente comunicador que investiga, escucha, transmite y conoce la responsabilidad social que le asiste a su empresa y a su oficio, lo cual le daría mayor éxito a su programa y a su gestión social. Si los puntos de vista de la programación de cada estación radial se enlazaran entre sí en la búsqueda de soluciones a la ciudadanía, de manera que se articulen y armonicen los horarios de audiencia, sería lo ideal, para no dejar ideas sueltas en el aire y sin respuestas.
Por otro lado, es importante que la ciudadanía conozca que la gestión ciudadana no debe quedarse solamente con hablar en la radio y utilizar la línea abierta para manifestar sus inquietudes, quejas, peticiones y reclamos.
Por eso, es bueno que los comunicadores y la ciudadanía conozcan el plan anticorrupción y de atención al ciudadano y la racionalización de trámites que implementan las entidades para cumplir con su responsabilidad misional. Muchas veces el ciudadano pretende que lo gobiernen desde la radio por desconocimiento de las funciones y competencias del estado y las estaciones radiales. A veces se oye decir, voy para donde fulano o zutano a denunciar el mal estado de este bien o servicio y acuden a la línea abierta para hacerlo. Pero muchas veces las entidades del Estado y las empresas prestadoras del servicio público no escuchan las quejas por sus horarios de trabajo y porque no les llega la información ni siquiera de oficio.