Hoy nuestro eterno trovador ambulante estaría cumpliendo 69 años, ‘Poncho’ Cotes Jr. Me imagino el guayabo de su eterno amor Betty Leonor Mendoza Jiménez, su consentida ‘Belem’ como siempre se lo expresaba y de su hijo Héctor a quien siempre le decía con ese amor de padre “Hectoral”. Qué vaina la muerte.
Solo quedan los buenos recuerdos y es cuando los sumamos se convierten en nostalgias de esos bellos ‘Tiempos idos’.
A esta hora siempre estaba donde ‘Cao’ Mendoza ya en forma de dar rienda suelta a la parranda y a la mamadera de gallo que era innata en él. Como olvidar al amigo con quien compartimos tantos buenos momentos estudiando en la Universidad Autónoma del Caribe en Barranquilla al lado de Rafael Orozco, ‘Beto’ Barros, Napoleón Carranza, Chiche Ovalle, entre tantos caros amigos. Y las parrandas con los hermanos Daza Amaya, mis hermanos del alma y del corazón, sin olvidar a los hermanos Montero Ovalle. Tantos recuerdos que se me arremolinan en mi mente en este día nostálgico.
El próximo 4 de diciembre se cumplirán siete años del fallecimiento repentino del amigo, del colega, del compositor insigne costumbrista en estos tiempos modernos del folclorista, del parrandero innato, verseador y el único que con su deje musical lo hacía a punto de silbidos para componer tantas canciones que dejó para el recuerdo en los amantes del vallenato. Como olvidar esa fecha, si fue también la de mi cumpleaños. Hoy 22 de junio estaría cumpliendo 69 años y me imagino como los estaría celebrando: Con sus dos amores ‘Belem’ y ‘Hectoral’ y sus amigos que siempre fueron sus amigos, los compadres. Siempre estará en nuestros corazones. A esta hora ya estaría donde Cao Mendoza mamándole gallo y a José ‘Casquita’ con su silbido inconfundible.
Me refiero a Lázaro Alfonso Cotes Ovalle, conocido artísticamente y cariñosamente como Poncho Cotes Jr., el hijo de Telma Ovalle y Alfonso Cotes Queruz. Todavía el guayabo por su partida lo tenemos fresquito en la memoria y en el corazón de aquellos que apreciábamos y admirábamos a este insigne cantautor que se convertía en un torrente de vivencias cuando departía alegremente con sus amigos.
‘Poncho’ Cotes Jr., dejó un legado musical para el vallenato tradicional que la Unesco lo ha convertido en patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad y téngalo por seguro que dentro de ese inventario que un grupo de amigos iniciaron de manera quijotesca como Rosendo Romero Ospino, Félix Carrillo Hinojoza, Beto Murgas, Andrés Villamizar, entre otros, varias de las canciones que salieron de la inspiración magistral de ‘Poncho’ Cotes Jr. hicieron parte del inventario de ese vallenato tradicional que tantas glorias le ha dado a nuestro folclor y que esperamos que jamás muera por el bien de nuestra cultura y de nuestras raíces: ‘La parranda y la mujer’, ‘Yo soy tu negro’, ‘El corazón del pueblo’, ‘Mi viejo y yo’, entre otras que fueron inmortalizadas por los grandes del vallenato y que hoy no solo el público villanuevero, sino el público colombiano las tararean como un homenaje, como un recuerdo y como una nostalgia de aquellos tiempos idos.
En el año 2010 en el concurso de la canción inédita del Festival de la Leyenda Vallenata, dejó impronta su obra ‘La Última Historia’ dedicada a mi padrino e icono de nuestro folclor Rafael Escalona Martínez. Y como no componerle si Escalona y su papá el gran ‘Poncho’ Cotes Queruz –quien fuera mi profesor de sociales en el Roque de Alba– fueron como hermanos y cuando se encontraban en Manaure Balcón del Cesar, tomaban el camino y se iban al Plan a encontrarse con su otro hermano como lo era mi primo Emiliano Zuleta Baquero, quienes con la verborrea y las atenciones de ‘La Vieja Sara’ se hacían las parrandas inolvidables que el mundo vallenato conoce de manera detallada escrita por varios folcloristas y folclorologos de nuestra música insigne.
Como haciendo remembranza a esa canción ganadora en el año 2010 y como presintiendo que el destino le iba a jugar una mala pasada, comenzó a llamar a “Los Compadres” uno de los grandes tertuliaderos villanueveros de nuestro folclor y que por razones del mismo Festival Cuna de Acordeones y de la política local se habían distanciado e incluso estaban bien disgustados y ‘Poncho’ Cotes Jr. los llamaba y lo expresaba ‘Pangue’ Maestre Rey Vallenato 1984, ante la viuda la inconsolable Betty Mendoza después de su sepelio que días antes “Ponchito” lo había llamado y le había expresado que no había que culpar a nadie y que había que buscar era el abrazo de ellos, que toda la vida convivieron como hermanos. Le expresaba “Pangue no te pido más, no te voy a fregar esta vez sino que nos demos un abrazo y olvidemos las diferencias que tienen uno y otros de lo grande que hemos sido en la amistad y en la parranda”.
Esa fue la última historia de este gran juglar, compositor costumbrista de los mejores y que el día de su sepelio, el 06 de Diciembre de 2016 –donde en la Tarima Escolástico Romero, enmudecía de la tristeza y el dolor ante un pueblo que asistió a darle el último adiós– desde allá arriba donde ya su espíritu se encontraba brincaba de la emoción y de la alegría viendo el abrazo que se daban ‘Beto’ Barros, Rodrigo Daza Cárdenas e Israel Romero y me imagino como era el de elocuente le decía al oído al “Pangue”: “Viste tuve que morir para que ellos se dieran un abrazo y volvieran hacer lo que fueron en el pasado, no importa ya no estoy en ese mundo, aquí me encuentro con mi papá, mi mamá, Laura, Escalona, ‘el Viejo Mile’, Rafa, Diomedes, ‘Toño’ Salas, Héctor y Mario, El ‘Tilo’ Sierra, Martín Elías, ‘El Tanque’ Moscote, Andrés Becerra, Juan Félix Daza y Alfonso Murgas ‘el de siempre’ y no puedo decirte más pero estoy feliz”. Que hermoso, así nos duela su partida, Villanueva siempre tendrá en la memoria y en el recuerdo lo que fue ‘Poncho’ Cotes Jr.