La Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos 2017, que se conmemora del 13 al 19 de noviembre, tiene por lema ‘Pida consejo a un profesional de salud antes de tomar antibióticos’. El objetivo es reducir la resistencia a los antibióticos y educar a la población sobre los pasos que pueden seguir para preservar el milagro de los antibióticos.
Los antibióticos han salvado millones de vidas, es imprescindible usarlos adecuadamente para que sigan siendo útiles. Solo debe tomar antibióticos si han sido recetados por un profesional de salud. Mediante el uso responsable de antibióticos, usted y su familia no solo obtendrán el mejor tratamiento, sino que también contribuirán a reducir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos.
La resistencia a los antibióticos ocurre cuando las bacterias cambian para protegerse de ellos; esto puede hacer que las infecciones bacterianas sean mucho más difíciles, si no imposibles de tratar. El uso excesivo o indebido de antibióticos está aumentando el problema de la resistencia a los antibióticos. Todos somos parte del problema y la solución.
A medida que más antibióticos dejan de funcionar contra las infecciones bacterianas, los médicos tendrán menos antibióticos para usar. Muchas infecciones comunes pueden eventualmente volverse intratables con medicamentos. La Organización Mundial de la Salud –OMS– ha advertido que la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud pública mundial en la actualidad.
Alexander Fleming se olvidó en 1928 de proteger un cultivo bacteriano. Para muchos médicos, químicos, biólogos y científicos en general, ha sido el olvido más fructífero de la era contemporánea. El cultivo se contaminó por un hongo del género Penicillium que se dedicó a destruir un grupo de cocos (un tipo de bacterias). De dicho hongo deriva el primer antibiótico que se conoce, purificado en 1940 y llamado penicilina, en honor al reino de las setas.
La Medicina cambió radicalmente desde aquel día, las bacterias dejaron de ser letales para convertirse en al menos, tratables. En 1945, Alexander Fleming y otros dos médicos recibieron el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento y desarrollo de la penicilina, el primer antibiótico. En su discurso de aceptación, el Dr. Fleming pidió a los médicos que administraran la penicilina con el mayor cuidado, puesto que tanto un uso excesivo como insuficiente aceleraría la inevitable aparición de la farmacorresistencia. Pero desafortunadamente no se tomaron en cuenta estas recomendaciones. La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia o la gonorrea son cada vez más difíciles y a veces imposibles de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia. Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era pos-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales.
Respuestas a interrogantes frecuentes de los padres:
• La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
• Los resfriados son causados por los virus. Los antibióticos se utilizan específicamente para las infecciones causadas por las bacterias. Utilizar antibióticos para tratar infecciones virales puede más bien resultar en infecciones causadas por bacterias resistentes. Así mismo, su niño puede contraer diarrea o tener otros efectos secundarios. Si su niño contrae diarrea acuosa o suelta, diarrea con sangre u otros efectos secundarios mientras está tomando un antibiótico, informe a su médico.
• Durante un resfriado común, es normal que los mocos de la nariz se vuelvan espesos y que cambien de color claro a amarillo o verde. Los síntomas duran a menudo unos 10 días.
• Los efectos secundarios pueden ocurrir en 1 de cada 10 niños que toman antibióticos, se manifiestan como sarpullidos, reacciones alérgicas, náusea, diarrea y dolor de estómago. Asegúrese de comunicarle al médico si sospecha una complicación.
• Algunas veces se presenta un sarpullido durante el tiempo que el niño está tomando el antibiótico. Sin embargo, no todos los sarpullidos se consideran reacciones alérgicas. Infórmele al pediatra si nota un sarpullido que se asemeje a la urticaria (rochas rojas).
• La mayoría de las infecciones bacterianas mejoran en un plazo de 48 a 72 horas de iniciado el antibiótico. Si los síntomas de su niño empeoran o no mejoran en un plazo de 72 horas, llame al médico. Si su niño deja de tomar el antibiótico antes del tiempo indicado, es posible que la infección no haya sido tratada totalmente y los síntomas pueden regresar.
Uso racional
Mediante el uso responsable de antibióticos, usted y su familia no solo obtendrán el mejor tratamiento, sino que también contribuirán a reducir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos. Las siguientes recomendaciones son de vital importancia:
• Solo tome antibióticos si le han sido recetados por un profesional de la salud calificado. Los antibióticos no son siempre la solución para la enfermedad de su niño, pregúntele al pediatra cuál es el mejor tratamiento a utilizar.
• No presione a su médico para que le recete un antibiótico. Pídale consejos sobre cómo tratar el padecimiento
• Los antibióticos solo son efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las infecciones infantiles (especialmente el resfriado común) están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con antibióticos.
• Cerciórese de administrar el medicamento de acuerdo con las indicaciones. Su hijo necesita tomar el tratamiento completo de antibióticos. Esto significa que si su pediatra receta el medicamento durante 10 días, asegúrese de que su hijo lo tome los 10 días completos, incluso si se siente mejor antes de completar el tratamiento. Si deja de tomar el medicamento pronto, algunos microbios pueden permanecer en el cuerpo de su hijo y multiplicarse; esto puede causar otra infección o mutar a una nueva forma que pueda ser resistente a un tratamiento futuro. Con algunas enfermedades, las complicaciones se pueden presentar si la infección no se elimina completamente.
• No administre el antibiótico de un niño a un hermano o un amigo; usted puede darle la medicina incorrecta y causarle daño.
• Deshágase de los antibióticos no utilizados. No guarde los antibióticos para utilizarlos en el futuro; algunas medicamentos caducados pueden causar mucho daño. Además, puede ser que los restos de antibióticos no sean los correctos para el problema que está tratando, pueden estar vencidos o puede ser que no le alcance para el tratamiento completo. Esto puede provocar el crecimiento de microbios resistentes y una infección más grave y prolongada.