Yo rio, tú ríes, nosotros reímos, nadie escapa de la risa, un movimiento facial que no es más que una respuesta biológica o fisiológica producida por el organismo como acto seguido a determinados estímulos externos e internos, se le atribuyen muchos efectos beneficiosos para la salud dado que libera endorfinas cerebrales, las llamadas hormonas de la felicidad se suman la serotonina, dopamina y adrenalina.
Cuando reímos estimulamos muchos órganos. La risa mejora la inspiración del aire con alto contenido de oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos, activa y reduce la respuesta al estrés y calma la tensión, así el reír y el toser pueden combatir un preinfarto cardiaco. Además, una sonrisa legítima involucra los músculos que rodean a los ojos, el cuello y los maxilares, haciendo que se ejerciten, la risoterapia es un excelente hábito.
Dependiendo de sus características fisiológicas y de su desencadenantes se pueden considerar la risa franca, risa falsa, risa social, risa inoportuna, risotada, risita, carcajada, risa nerviosa, risa malvada, risa nasal y se expresa simbológicamente en los medios según el país “Jajaja”, “hahaha” o “5555”, “jejeje”. Una risotada puede transmitir alegría, aceptación o aprecio.
Científicamente estudios recientes de gran repercusión, caso Robert Provine, neurobiólogo de la Universidad de Maryland quien sostiene que la risa es un “balbuceo lúdico, instintivo contagioso, estereotipado y de control inconsciente o involuntario, que raramente se produce en soledad.
Para el filósofo John Morreall (1983) sostiene que el origen biológico de la risa humana pudo estar en una expresión compartida de alivio tras pasar el peligro; la laxitud que sentimos tras reírnos puede ayudar a inhibir la respuesta agresiva, convirtiendo la risa en un signo de conducta que indica confianza en los compañeros.
En los seres humanos la risa se inicia a partir de los cuatro meses de edad, existen investigaciones recientes realizadas tanto en orangutanes como en chimpancés que sugieren que estos son capaces de reírse, con lo cual la risa sería de origen evolutivo y genético: La risa puede inducirse estimulando el núcleo subtalámico, y se ha comprobado en pacientes con enfermedad de Parkinson.
Se ha descubierto una relación entre la risa y el apetito, de tal modo que la risa aumenta el apetito de modo análogo a como lo hace el ejercicio físico moderado. Según estos estudios, simultáneamente se produce una reducción del nivel de leptina y un aumento del de grelina en la sangre.
La gran preocupación es que cada vez se ríe menos. Los niños de 7-10 años se ríen alrededor de 300 veces al día, mientras que los adultos que todavía ríen lo hacen menos de 80 veces diarias.
Existe gente que raramente se ríe, e incluso algunas personas que no sienten la necesidad de reírse. La risa incrementaba la producción de anticuerpos y la activación de células protectoras como los linfocitos o los linfocitos T citotóxicos, que producen la inmunidad celular, importante para evitar la formación de tumores. Las carcajadas o risas alegres y repetitivas mejoraban el estado de humor, reducían los niveles de colesterol en sangre y regulaban la presión sanguínea.
Otros grandes beneficios para la persona que ríe son: libera del temor y la angustia, contribuye a aplacar la ira, contribuye a un cambio de actitud mental que favorece la disminución de enfermedades, favorece la digestión al aumentar las contracciones de todos los músculos abdominales, facilita la evacuación debido al “masaje” que produce sobre las vísceras; aumenta el ritmo cardíaco y el pulso, y al estimular la liberación de las hormonas “endorfinas”, permite que estas cumplan una de sus importantes funciones, como es la de mantener la elasticidad de las arterias coronarias, disminuye la presencia del colesterol en la sangre pues equivale a un ejercicio aeróbico, ayuda a reducir la glucosa en sangre.
En los últimos años han aparecido “clubes de la risa” e incluso asociaciones presuntamente científicas que defienden las virtudes de reírse a carcajadas. Popularmente, la risa y la sonrisa se asocian con la felicidad y el buen humor.
Probablemente, las cosquillas son la forma más antigua y segura de estimular la risa. Las cosquillas y la risa son unas de las primeras formas de comunicación entre la madre y el bebé; las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies son zonas cuya estimulación mediante cosquillas produce la risa con mayor facilidad. La risa aparece mucho antes que el habla.
La risa es un instrumento para cambiar el comportamiento de los demás. En una situación embarazosa, como una disputa, la risa representa un gesto de apaciguamiento, una forma de disminuir la ira y la tensión. Si la otra persona logra contagiarse, se disipa el riesgo de confrontación. Sigmund Freud sugiere que la risa posiblemente posea un efecto catártico liberador de la energía nerviosa reprimida.
Para concluir expresando que tal como demuestra la ciencia, la risa y el humor son tan antiguos como los seres humanos, y encontramos diversos testimonios de la tradición oral que así lo atestiguan. Reír no cuesta nada, ni se consigue a la vuelta de la esquina, la risa la llevas tú, la llevo yo, la llevamos nosotros. ¡A reír por nuestra salud!