El riesgo de desabastecimiento de agua en Colombia está aumentando con el paso del tiempo. A pesar de la gran riqueza hídrica con la que contamos y de estar entre los nueve países con mayores recursos de agua en el mundo, el preciado líquido tiene una alta tendencia a escasear. Un preocupante panorama que nos exige la gestión sostenible de nuestras fuentes naturales.
Los devastadores fenómenos de variabilidad climática, la alta contaminación, la deforestación, la degradación de las cuencas y el cambio climático, son solo algunos de los factores que nos exponen a una reducción progresiva en la oferta hídrica. Esta es una realidad que nos presenta claros desafíos sobre la gestión y el uso de los recursos hídricos en Colombia.
Según la Organización de las Naciones Unidas, a mediados de este siglo 7.000 millones de personas sufrirán de escasez de agua en 60 países, y un 20% del incremento de esta escasez mundial obedecerá al cambio climático. Con una proyección para el 2040, de un aumento en más del 50% en la demanda de agua, las cifras de la ONU son alarmantes.
En el caso de Colombia, el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia) señala que de continuar con las actuales tendencias, para el año 2025 el 60% de los municipios sufrirán dificultades con el abastecimiento de agua. Problemática que desde hace años es una realidad en departamentos como La Guajira, Vichada, Vaupés, Chocó y Guainía. En capitales como Santa Marta, Buenaventura, Quibdó, Mocoa, San Andrés y Leticia se cuenta con el servicio de agua potable entre 10 y 18 horas por día, actualmente solo en 529 municipios –de los 1.102 en el país– se recibe agua de manera continua.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, en La Guajira solo el 4% de los wayuú que viven en zonas rurales tienen acceso a agua limpia y los que residen en zonas urbanas reciben un servicio irregular. La desoladora situación por falta de agua ha mantenido a este departamento en una crisis humanitaria sistémica relacionada con la pobreza extrema y los problemas de salud y nutrición. Con los nuevos proyectos del Gobierno y de las empresas privadas para el diseño e implementación de modelos de provisión de agua y saneamiento en zonas rurales de La Guajira esperamos que esta realidad cambie. El compromiso realizado por el Presidente Iván Duque de lograr para este año un 50% de la cobertura de agua en el área rural debe marcar el inicio de la transformación socio-ambiental del Departamento.
Ante el riesgo que se evidencia en el planeta por la crisis mundial que está afectando la salud humana, así como los ecosistemas acuáticos y terrestres, es determinante que los colombianos asumamos una mayor responsabilidad en la protección de nuestras fuentes hídricas. Reconocer que el agua es un recurso finito e insustituible que requiere de nuestra buena administración y cuidado, es apenas el principio en esta lucha contra el desabastecimiento.
Desde la Comisión Quinta del Senado de la República, donde atendemos temas de medio ambiente, estamos trabajando por mejorar la gestión de nuestros recursos hídricos. Para ello, en los próximos días iniciaremos la discusión del Proyecto de Ley 346 de 2020 Senado, con el que buscamos la conservación, protección y crecimiento sostenible de la ecorregión del Guájaro, la principal reserva hídrica del departamento del Atlántico. Con esta propuesta queremos enaltecer al segundo embalse más importante del país e impulsar su recuperación ambiental a través de actividades productivas sostenibles que permitan su aprovechamiento turístico, ecológico y económico.
Con una demanda creciendo a un ritmo insostenible y una oferta cada día más limitada es inaplazable desarrollar, desde todos los sectores, acciones y programas orientados a la conservación de este recurso. En esta semana en la que celebramos el Día Mundial del Agua es conveniente que reflexionemos acerca de la importancia de este recurso natural, que es esencial para la vida, y que cuenta con un gran valor económico, estratégico y social.