Siete Entidades Promotoras de Salud (EPS) intervenidas por la Superintendencia de Salud enfrentan una alarmante situación financiera y operativa. Según cifras reveladas por la senadora Paloma Valencia (Centro Democrático), el número de quejas, acciones de tutela y el déficit económico de estas aseguradoras se ha disparado en 2024, evidenciando un deterioro sin precedentes.
Las EPS bajo intervención —Savia Salud, Asmet Salud, Emssanar, Famisanar, Sanitas, SOS EPS y Nueva EPS— acumulan más de 463.000 reclamos este año, superando los registros de los últimos diez años.
En 2023, los reclamos sumaron 433.000, en 2022 fueron 343.000, y en 2021 se reportaron 236.000. El crecimiento de las quejas refleja un aumento constante en la insatisfacción de los usuarios, quienes recurren cada vez más a acciones legales para garantizar sus derechos en salud.
En cuanto a las acciones de tutela, la situación es igualmente preocupante; Nueva EPS lidera con 45.752 tutelas en 2024, superando ampliamente las 34.583 de 2021. Sanitas, por su parte, registra 20.267 tutelas este año, mientras que Famisanar y Savia Salud acumulan 9.634 y 16.232, respectivamente.
Valencia también expuso la problemática financiera de estas EPS, haciendo énfasis en que la Unidad de Pago por Capitación (UPC), que es el recurso destinado por el Estado para financiar los servicios de salud, resulta insuficiente.
En 2024, Nueva EPS ha gastado $136 por cada $100 recibidos por UPC, SOS $130, Asmet $133, Famisanar $115, Sanitas $101, Emssanar $106 y Savia Salud $102, reflejando un déficit creciente desde la intervención del Gobierno.
Además, la cartera vencida, es decir, los pagos pendientes a hospitales y clínicas que atienden a los afiliados de estas EPS, ha superado el billón de pesos. Famisanar lidera esta deuda con $382.779 millones, seguida de Sanitas, que ha acumulado más de $265.000 millones en deudas a instituciones prestadoras de salud, cuando en julio no registraba deudas mayores a 360 días.
La senadora concluyó que el panorama financiero y operativo de las EPS intervenidas sigue deteriorándose, agravando la crisis en el sistema de salud colombiano.