El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, sostuvieron una reunión marcada por la tensión en la Oficina Oval. Durante el encuentro, Trump acusó a Zelensky de «jugar con la Tercera Guerra Mundial» y de no mostrar gratitud por el apoyo estadounidense en la guerra contra Rusia. Su vicepresidente, JD Vance, también calificó al líder ucraniano de «irrespetuoso», lo que elevó aún más la fricción entre ambas delegaciones.
El objetivo principal de la reunión era la firma de un acuerdo mediante el cual Ucrania cedería a EE.UU. la explotación de parte de sus recursos minerales a cambio de garantías de seguridad frente a Rusia. Sin embargo, la discusión escaló rápidamente y el pacto nunca se concretó. Como resultado de la tensión, la Casa Blanca canceló la rueda de prensa conjunta y la delegación ucraniana fue escoltada a una sala separada antes de abandonar la residencia presidencial sin dar declaraciones.
Trump, a través de su red Truth Social, reiteró su postura afirmando que Zelensky «faltó el respeto» a EE.UU. y que su país solo podría lograr la paz si estaba dispuesto a negociar sin depender de Washington. Por su parte, el mandatario ucraniano publicó un mensaje en X en el que agradeció el apoyo del pueblo estadounidense y reiteró su compromiso con «una paz justa y duradera».
El incidente generó una ola de reacciones a nivel internacional. Líderes europeos como Emmanuel Macron y Donald Tusk expresaron su respaldo a Zelensky, mientras que desde Moscú, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, respaldó la postura de Trump y afirmó que Kiev estaba «jugando con la Tercera Guerra Mundial».
Este episodio refleja el distanciamiento entre Washington y Kiev, lo que podría afectar el apoyo futuro de EE.UU. a Ucrania en medio de su conflicto con Rusia.