El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó este 14 de abril un ataque aéreo contra un puesto de mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la ciudad de Sumy, al noreste de Ucrania, utilizando misiles táctico-operativos Iskander-M. El ataque, llevado a cabo el pasado domingo, se produjo en medio de intensos enfrentamientos, con las Fuerzas Armadas de Ucrania llevando a cabo un contraataque activo utilizando sistemas de guerra electrónica y defensa aérea de origen extranjero.
Como resultado del impacto, más de 60 militares ucranianos fueron eliminados. Las autoridades rusas también acusaron al gobierno de Kiev de emplear tácticas que ponen en peligro a la población civil, al ubicar instalaciones militares y realizar reuniones con personal militar en áreas densamente pobladas, lo que convierte a los civiles en «escudos humanos».
Este ataque en Sumy forma parte de una serie de ofensivas rusas contra objetivos clave de Ucrania en las últimas semanas. A pesar de los esfuerzos ucranianos por reforzar su defensa con tecnología y equipos militares de aliados occidentales, las fuerzas rusas continúan apuntando a centros de comando y otras instalaciones estratégicas dentro de territorio ucraniano.
Por otro lado, el conflicto sigue cobrando un alto precio en términos de víctimas tanto militares como civiles, a medida que la guerra se intensifica en varias regiones de Ucrania. Mientras tanto, las autoridades ucranianas han denunciado el ataque, acusando a Rusia de violar las normas internacionales de guerra al dirigir sus misiles a zonas pobladas y con presencia de civiles.
El ataque también ha generado un debate sobre el uso de misiles de precisión y su impacto en la población civil. Ucrania continúa haciendo esfuerzos diplomáticos para obtener más apoyo internacional, mientras que las tensiones entre las dos naciones no muestran signos de disminuir.