La oposición venezolana expuso este martes ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) un informe técnico que sustenta el presunto fraude electoral ocurrido el pasado 28 de julio, en el que el régimen de Nicolás Maduro fue declarado ganador sobre el opositor Edmundo González.
El equipo electoral del comando de campaña de González, conocido como 600K, presentó un detallado documento que, según ellos, demuestra irregularidades en los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Gustavo Silva, miembro del equipo técnico de la oposición, fue el encargado de exponer ante delegaciones de distintos países las pruebas que señalarían a Nicolás Maduro como perdedor de los comicios. Silva explicó que se realizaron cuatro conteos rápidos utilizando diferentes metodologías, todos los cuales arrojaron un resultado «irreversible» en favor de González; según él, la probabilidad de que los resultados anunciados por el CNE sean correctos es «menor al 0,001 %», lo que refuerza la denuncia de fraude.
El informe incluye una auditoría de las actas electorales y de los resultados correspondientes al 1% de las mesas de votación, seleccionadas aleatoriamente, lo que permite a los candidatos sustentar formalmente sus reclamos.
Gerardo de Icaza, director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (Deco) de la OEA, destacó la importancia de este momento, señalando que es la primera vez que un integrante de la sociedad civil presenta pruebas de fraude electoral de manera tan abierta. “los venezolanos y el mundo hubiesen tenido que aceptar las palabras sin sustentos del presidente del CNE”, declaró De Icaza.
El evento contó con la presencia de los embajadores ante la OEA de varios países latinoamericanos, así como de representantes de la Unión Europea. Este informe de la oposición se complementa con el presentado el pasado 2 de octubre por el Centro Carter, que señaló que Edmundo González habría obtenido el 67% de los votos, frente al 31% de Nicolás Maduro.
La denuncia ante la OEA busca presionar para una revisión internacional del proceso electoral en Venezuela y arrojar luz sobre lo que la oposición considera un «oscuro proceso» de manipulación electoral.