Este martes, la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump protagonizarán su primer —y posiblemente único— debate electoral en el marco de una ajustada campaña presidencial en Estados Unidos. A menos de dos meses de las elecciones del 5 de noviembre, ambos candidatos se enfrentarán en un duelo de 90 minutos en Filadelfia, Pensilvania, uno de los estados clave que podría definir el resultado de la contienda.
Según la última media nacional de encuestas realizada por el portal Five Thirty Eight, Harris mantiene una ligera ventaja de 2,8 puntos sobre Trump en el voto nacional.
El encuentro entre ambos será transmitido por la cadena ABC a partir de las 21:00 horas (hora local), con Linsey Davis y David Muir como moderadores. El debate se llevará a cabo sin público presente.
Tanto Harris como Trump han intensificado sus actividades de cara al debate. La vicepresidenta, quien ha estado concentrada en su preparación desde el jueves en un hotel de Pittsburgh, busca consolidar su posición en una contienda en la que se ha destacado tras la retirada de Joe Biden el pasado 21 de julio.
Mientras tanto, Trump, de 78 años, ha aumentado sus apariciones públicas, buscando frenar el impulso de su oponente demócrata.
Los analistas políticos pronostican un enfrentamiento estratégico, en el que ambos candidatos podrían optar por evitar grandes riesgos. “Hay más en juego para Harris, ya que aún tiene que presentarse a muchos votantes, mientras que Trump ya es una figura ampliamente conocida”, explica Mark Feldstein, experto en medios de la Universidad de Maryland.
Por su parte, Trump, conocido por su estilo disruptivo, intentará desestabilizar a Harris con sus característicos ataques personales, ya que anteriormente ha calificado a la vicepresidenta de “tonta” y “mala”. A pesar de su estrategia impredecible, el expresidente ha demostrado ser un hábil debatiente, como lo evidenció en sus seis participaciones en debates presidenciales previos.
El duelo de este martes será un momento clave en una campaña extremadamente polarizada, donde cada detalle podría inclinar la balanza en estados bisagra como Pensilvania.
Con los sondeos tan ajustados, el debate podría ser decisivo en las aspiraciones de ambos candidatos.